August Corominas

Dr. August Corominas

August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «Las sirenas, ilusión de navegantes y hombres de mar», en el que aborda la figura de este ser legendario forjado en la Antigüedad clásica. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «La maldad de Putin» y «Nuevo apocalipsis y batalla de Armagedón», «Ser viejo o no», «Anti-Aging», «Grafeno: un elemento de gran futuro tecnológico», «Estadística de Hiroshima», «Vivir en la Luna», «La dieta mediterránea», «Can Ruti, historia de una ilusión», «El secreto de la longevidad en las ‘zonas azules'», «Atención a las caídas, de noche y de día», «La buena vida y la vida buena», «Vida biológica y vida cuántica», «Hospitales inteligentes», «Cosmonáutica y medicina espacial», «El maltrato y su gestión», «Biología cuántica» y «El negro de Banyoles (bosquimano u hotentote)», «Polidactilia» y «Adolescencia, edad crítica de la vida humana». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.

Las sirenas, ilusión de navegantes y hombres de mar

Sirenas, mitología

Imagen de Stefan Keller en Pixabay

Quimera es un vocablo que hoy cuenta con 22 significados del griego hasta la acepción médica actual. En la mitología griega, la quimera era un monstruo híbrido hijo de Tifón y Equidna con cuerpo de cabra, cola de serpiente y cabeza de león. En esta mitología existen también otros híbridos conocidos como sirenas, con cara y tórax de mujer, cola de pez y voz sonora, como explica Homero en su «Odisea». Se trata de un ser muy valorado y querido por navegantes y gente de mar, que se dejan atrapar por el irresistible canto de las sirenas.

Según el mito, las sirenas son criaturas híbridas, una mezcla de mujer y pez similar a la arpía, pero a diferencia de estas horribles y repugnantes criaturas, las sirenas eran seres hermanados y encantadores. Sin embargo, no siempre tuvieron esa forma. Cuando nacieron, eran hermanas de las ninfas, hijas del dios del río Aqueloo y de la musa Melpómene, y formaban parte de la procesión que acompañaba a Perséfone, la diosa de la primavera. Sin embargo, después de que Hades, el dios del inframundo, secuestrara a Perséfone, las ninfas fueron castigadas por la diosa Deméter, quien no les perdonó que permitiese el secuestro de su hija.

Las jóvenes se convirtieron en aves hembras, conocidas como sirenas, y empezaron a vivir en las rocas de la isla italiana de Capri. Allí, utilizaban sus melodiosos cantos para atraer a los marineros de los barcos que navegaban por las proximidades. Los hombres, seducidos, dirigían sus barcos directamente hacia los arrecifes, lo que provocaba graves daños en los cascos. Tras el naufragio, las tripulaciones eran rescatadas desde las profundidades del océano.

El mito ha llegado transformado hasta nuestros días. En una novela de ciencia ficción de Herbert George Wells que se llevó al cine, «La isla del doctor Moreau», un náufrago llega a la isla donde un extraño doctor experimenta en animales para convertirlos en humanos y mejorar la especie. Y es que las sirenas siempre han fascinado a la humanidad. Aunque la mayoría de los avistamientos se consideran mitos o leyendas, algunos vídeos sugieren que podrían ser algo más que eso. Hoy en día circulan numerosos vídeos de supuestos avistamientos de estos seres.

Más allá del mito y la creatividad artística, una idea que ronda a la ciencia es que las quimeras animal-hombre podrían ser usadas como una fuente de producción de órganos para trasplantes. En la Universidad de Stanford se creó una quimera rata en la que se hizo crecer un páncreas de ratón. En el Instituto Roslin de Edimburgo se creó la popular oveja Dolly a partir de una célula somática adulta de otra oveja en el primer caso conocido de clonación de un animal complejo.

Más recientemente se creó también una quimera mono-hombre para estudiar la posibilidad que podía ofrecer a la medicina regenerativa. También en válvulas cardíacas de cerdo se han realizado implantes de corazón humano. Eso ha abierto la puerta al xenotrasplante o trasplante de células, tejidos u órganos de un animal a un humano, aunque aún pueden producir numerosas complicaciones que no los hacen aún una alternativa al trasplante.

Y en este punto volvemos al inicio: ¿son viables las sirenas? Biológicamente, no. Ni son posibles. La Agencia Federal y Oceanografía de Estados Unidos ya organizó un estudio e incluso una expedición y demostró que ni existían ni habían existido. De hecho, a la vista de un simple análisis biológico, no es posible un cuerpo mitad mamífero (de sangre caliente) y mitad pez (de sangre fría). ¿Dónde están, además, los órganos de excreción? ¿Y el sistema reproductivo? ¿Y el sistema inmunológico? Es un mito mitológico muy buscado, pero nunca encontrado. ¿Se puede realizar un xenotrasplante con la fisiología y la mitología de una sirena? No.

Existe la teoría de un posible grupo humano que vivió en el agua, es la conocida teoría del simio acuático. Pero no hay registro fósil.