August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La maldad de Putin», en el que aborda la figura del presidente ruso y sus crímenes. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», «Reflexión antropológica de la edad centenaria«, «De abuelos a nietos», «¿Es posible llegar a los cien años o incluso más?», «Mecanismos de tanatoquímica y tanatofísicos en el proceso de morir«, «Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides», Los grandes beneficios del aquagym, «La bondad y la maldad«, «El papel vital de los abuelos», «La fragilidad de los mayores», «Los rostros del mal», «Maldad y crueldad. Apocalipsis destructivo en las guerras actuales», «La furia de los dioses», «Atención con la fragilidad y las caídas de los mayores», «La salud de los refugiados» y «Fragilidad y antifragilidad». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
La maldad de Putin
En la historia de la Humanidad ha habido personajes nefastos, crueles y sanguinarios como Herodes, Nerón, Torquemada, Hitler, Mengele, Lenin, Stalin… y Putin. Este último es una de las personas siniestras y malvadas de hoy día, quien con el engaño de unas inocentes maniobras militares inició una invasión, una guerra desigual, en Ucrania. Se ha saltado las leyes del derecho internacional. Ha empleado más de 100.000 soldados, tanques, helicópteros, camiones y armas de todos tipos, con el disparo de misiles muy potentes y con la amenaza de poseer el arsenal nuclear más sofistico y dotado del mundo. Y ahora amenaza con la guerra química y biológica. Es una escalada irracional.
Este individuo, antes taxista y espía del Kremlin, está demostrado la técnica de eliminación de sus opositores, enemigos y todas las personas que pueden molestarle por cualquier motivo. Bien los encarcela y los tortura de una forma dramática, espeluznante y sádica, o bien ordena a sus secuaces envenenar a quien pueda hacerle sombra. Ejemplos recientes: Alexéi Navalni, envenenado por Novichok; Víktor Yuschencho, con dioxina, o Alexánder Litvinenko, envenenado por polonio. Putin nunca fue culpado de este último caso y para mayor cinismo acusó a los ingleses del envenenamiento.
En el caso de Navalni, Joe Biden lo ha dejado bien claro: «Putin es el responsable de la muerte del opositor. Sus acciones son de una brutalidad extrema». En la misma se ha manifestado Olaf Scholz: «Rusia ya no es una democracia». La viuda dice que este malvado y sádico individuo lo pagará. Actualmente, las personas que llevan flores a su monumento fúnebre son detenidas. ¿Por qué? Por pura represión. Detenidas y encarceladas por tiempo desconocido. Estos días ha llegado también la noticia del asesinato de un piloto de helicóptero de Rusia que se refugió en Alicante y fue localizado por el Kremlin y ejecutado, era Máksim Kuzminov.
Putin es un malvado que se ha saltado las leyes de derecho internacional y siguiendo sus costumbres punibles de encarcelar, envenenar o hacer desaparecer a los políticos de la oposición ha empezado una guerra que puede convertirse en global más allá de Ucrania, que sufre una gran crisis humanitaria. La situación en Kiev es dantesca: bombas, explosiones, muertos, gritos de desesperación. Para el enigmático y sádico personaje, los muertos y heridos son simple estadística. ¿Y los familiares de estos muertos y heridos? Según este manipulador, turbio y embustero personaje son «daños colaterales». Es una terrible invasión caprichosa e injustificada en la que se ha burlado de los presidentes de Estados Unidos, Alemania y Francia.
Son malos días para la humanidad. Los problemas de supervivencia con crisis sanitaria y un auténtico apocalipsis en todo el mundo van a empeorar. Subirán agua, luz, gas, alimentos y todos los demás productos. Por culpa de este maniaco asesino toda la humanidad irá a peor, más de lo que ya estábamos por la Covid. Y ojalá no se inicie una guerra nuclear y mundial. En un discurso televisado, Putin ha hecho gala de su armamento, horrible. Este cruel personaje se ríe de las sanciones de la comunidad internacional.
El Tribunal Penal Internacional de momento no se mueve. Tenemos ya crisis humanitaria, crisis de refugiados, crisis alimentaria, crisis sanitaria… frente a la satisfacción y a las victorias de los rusos. Nos vamos al precipicio social o al apocalipsis (guerra, hambre, enfermedad y muerte). El estrés de la población es intenso.