August Corominas

Dr. August Corominas

August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La salud de los refugiados», que aborda un tema de estricta actualidad. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», «Reflexión antropológica de la edad centenaria«, «De abuelos a nietos», «¿Es posible llegar a los cien años o incluso más?», «Mecanismos de tanatoquímica y tanatofísicos en el proceso de morir«, «Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides», Los grandes beneficios del aquagym, «La bondad y la maldad«, «El papel vital de los abuelos», «La fragilidad de los mayores», «Los rostros del mal», «Maldad y crueldad. Apocalipsis destructivo en las guerras actuales», «La furia de los dioses» y «Atención con la fragilidad y las caídas de los mayores». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.

La salud de los refugiados

Los desplazamientos masivos de población y la vida en campos de refugiados implican riesgos adicionales para la salud de las personas en su rumbo hacia lo desconocido e incierto. El fatigoso viaje de toda una familia que termina en un campo de refugiados de un país desconocido después de un trayecto lleno de dificultades representa la compleja fase de asentamiento. En esta etapa la tasa de mortalidad y morbilidad son muy elevadas. Los migrantes se deben valer en un ambiente con hacinamiento y pocos recursos, tanto del país de acogida como los disponibles en el terreno. El personal sanitario es escaso e insuficiente para resolver los nuevos retos que casi a diario representan los recién llegados.

Las enfermedades más habituales diagnosticadas en esta fase son:

  1. Infecciones respiratorias
  2. Malnutrición, deshidratación, avitaminosis, pelagra
  3. Diarreas de todo tipo, incluso cólera, debido al hacinamiento y la contaminación del agua
  4. Sarampión
  5. Afecciones respiratorias víricas. Falta de abrigo, vivienda inadecuada y sobre ocupada
  6. Paludismo
  7. Tuberculosis
  8. Zoonosis
  9. Complicaciones del parto. Perinatología ausente
  10. Enfermedades infantiles muy graves (incidencia en niños menores de 5 años)
  11. Enfermedades de transmisión sexual
  12. Estrés psicosomático, dolor emocional por pérdidas familiares. Enfermedades psicoemocionales

Se dan casos de violencia sexual. Las enfermedades son múltiples y muy graves en niños menores de 5 años, por ello la Cruz Roja recomienda normas para cubrir necesidades básicas:

  • Cantidad mínima para la supervivencia: 7 litros persona y día. Potable
  • Calorías mínimas equilibradas y adecuadas a las costumbres: 2.100 Kcal persona día
  • Higiene (evacuación de heces), una letrina por cada 20 personas
  • Alojamiento mínimo: 3,5 metros cuadrados por persona.

Estas normas, en la mayoría de los campos, no se cumplen por problemas de sobreocupación. Por esta razón, y por prevenir una mortalidad y una morbilidad excesivas, se intenta mediante estrategias conseguir objetivos de mejora.

La primera es conseguir la implicación de los refugiados en la planificación y en puesta en marcha de los campos, la provisión de agua potable, la habilitación de alojamientos apropiados, las vacunaciones infantiles, la prevención del paludismo y la educación sanitaria. Hay que reclutar entre los refugiados personal sanitario (médicos, enfermeros, agentes comunitarios de salud, incluso curanderos y parteras tradicionales).

Es fundamental prestar atención a necesidades específicas de las mujeres y los niños refugiados. Los menores representan entre el 15-20% de la población refugiada y es un grupo que corre riesgo. Hay que atender la malnutrición, las enfermedades diarreicas, las enfermedades infectocontagiosas, bacterianas o víricas, emprender campañas de vacunación, rehidratación oral, profilaxis de xeroftalmia, promoción de lactancia materna. Las mujeres refugiadas son un grupo altamente vulnerable. Habitualmente presentan cargas familiares, agotamiento, anorexias, cargas emocionales, enfermedades debidas al ciclón sexual, violencia sexual, agresiones, responsabilidad con el cuidado de los hijos.

También hay que implementar un sistema adecuado en materia de salud y nutrición, con una evaluación de la situación y vigilancia continua. Es fundamental la recogida de información puntual: número de refugiados, estado de salud, necesidades inmediatas. Estudiar índices de mortalidad y morbilidad, especialmente de malnutrición en niños. En campos de República Democrática del Congo se han detectado tasas brutas de mortalidad de 25-50/10.000. Atención a los brotes de cólera. El índice de mortalidad debe ser como mucho 1/10.000

La asistencia sanitaria a los refugiados debe ser diferente según el momento. En la fase de ingreso debe estudiarse cada problema y adoptar las medidas pertinentes. Alimentación según culturas y religiones En resumen, el tema es muy complicado por ser los recursos materiales muy limitados. Acnur lo acepta y debe realizarse lo que se pueda. También Unicef y Médicos sin Fronteras. Yo creo que estar en un campo de refugiados es una muerte en vida, con unos índices de esperanza de vida de 29 años. Ahora se debate sobre este grave problema y Acnur impulsa el Pacto Mundial para el Estudio de Refugiados.