
Dr. August Corominas
August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «Alimentación bíblica: alimentos puros y alimentos impuros», en el que aborda la alimentación del antiguo pueblo de Israel y los preceptos del judaísmo, la eliminación de los alimentos prohibidos o impuros del cristianismo y la relación de este período con la actual dieta mediterránea. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «La maldad de Putin» y «Nuevo apocalipsis y batalla de Armagedón», «Ser viejo o no», «Anti-Aging», «Grafeno: un elemento de gran futuro tecnológico», «Estadística de Hiroshima», «Vivir en la Luna», «La dieta mediterránea», «Can Ruti, historia de una ilusión», «El secreto de la longevidad en las ‘zonas azules'», «Atención a las caídas, de noche y de día», «La buena vida y la vida buena», «Vida biológica y vida cuántica», «Hospitales inteligentes», «Cosmonáutica y medicina espacial», «El maltrato y su gestión», «Biología cuántica», «El negro de Banyoles (bosquimano u hotentote)», «Polidactilia», «Adolescencia, edad crítica de la vida humana» y «Las sirenas, ilusión de navegantes y hombres de mar». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
Alimentación bíblica: alimentos puros y alimentos impuros
En la tradición bíblica, especialmente en el Antiguo Testamento, se establece una distinción entre alimentos puros e impuros, principalmente en el libro del Levítico (capítulo 11) y en el Deuteronomio (capítulo 14). Esta clasificación tenía un propósito religioso y sanitario, y formaba parte del código de santidad del pueblo de Israel.
Alimentos puros (permitidos)
Estos eran los alimentos que los israelitas podían consumir. Se consideraban aptos para el pueblo santo por cumplir ciertas características físicas.
Animales terrestres: deben tener pezuña hendida y rumiar (vaca, oveja, cabra, ciervo).
Animales acuáticos: deben tener aletas y escamas (trucha, salmón, carpa).
Aves: no todas están listadas, pero se permite en general aves no rapaces (paloma, gallina, codorniz).
Insectos: algunos saltamontes y langostas eran permitidos (langosta, grillo).
Alimentos impuros (prohibidos)
Éstos se consideraban inapropiados por razones de pureza ritual o por representar desorden en la naturaleza.
Animales terrestres: que no rumian o no tienen la pezuña hendida (cerdo, camello, liebre).
Animales acuáticos: que no tienen aletas ni escamas (mariscos, pulpo, anguila, cangrejo).
Aves: carroñeras o rapaces (buitre, águila, cuervo, búho).
Reptiles e insectos: todos los reptiles y la mayoría de los insectos eran impuros (lagartijas, serpientes, cucarachas).
Tradición cristiana
En la tradición bíblica, especialmente en el Antiguo Testamento, se establece una distinción entre alimentos puros e impuros. Esta clasificación tenía un propósito religioso y sanitario, y formaba parte del código de santidad del pueblo de Israel. Separar lo santo de lo profano, lo ordenado de lo caótico. Algunos creen que reflejaban normas de higiene de la época. Marcaban una diferencia entre Israel y otras naciones.
En el cristianismo, sin embargo, no existen los alimentos prohibidos. En el Nuevo Testamento, especialmente en Hechos, 10 y Marcos, 7:15 se declara que todos los alimentos son limpios. Esta nueva visión elimina las restricciones alimentarias para los cristianos, destacando más la pureza interior que la externa.
La comparación entre la dieta bíblica y la dieta mediterránea actual revela similitudes notables en sus fundamentos nutricionales, aunque también existen diferencias claras por contexto histórico, cultural y disponibilidad de alimentos.
Dieta bíblica: Antiguo Oriente Medio (siglos XX-X a.C.). Cereales (trigo, cebada), legumbres (lentejas), frutas, verduras, aceite de oliva, pescado, cordero, aves, poca carne roja, grasas animales limitadas, miel, frutas secas (dátiles, higos), leche de cabra y oveja, yogur, quesos artesanales, vino (en ocasiones y con carácter sagrado). Comidas rituales, significado espiritual y comunitario y ayuno frecuente por razones religiosas o escasez.
Dieta mediterránea actual: países del Mediterráneo (siglos XX-XXI). Frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva, pescado azul, aves, huevos, muy poca carne roja, pocas grasas saturadas, azúcar moderado, principalmente de frutas frescas y secas, yogur, quesos con moderación, vino tinto (consumo moderado y social). Comidas sociales, centradas en la familia y el placer y ayuno ocasional por razones de salud o religión.
Similitudes destacadas: alta presencia de alimentos de origen vegetal, uso del aceite de oliva como grasa principal, consumo moderado de carne y vino, gran valor simbólico y social de la comida.
Diferencias notables: la dieta bíblica era más austera, basada en la autosuficiencia agrícola y disponibilidad local. La mediterránea actual incorpora más variedad y técnicas modernas de conservación y cocción. La dimensión espiritual era central en la dieta bíblica, en la mediterránea predomina la salud y el disfrute.