August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La dieta mediterránea», en el que aborda las particularidades y los beneficios de esta dieta tradicional basada en la diversidad de alimentos que ofrece la cuenca del mar Mediterráneo. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», «Reflexión antropológica de la edad centenaria«, «De abuelos a nietos», «¿Es posible llegar a los cien años o incluso más?», «Mecanismos de tanatoquímica y tanatofísicos en el proceso de morir«, «Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides», Los grandes beneficios del aquagym, «La bondad y la maldad«, «El papel vital de los abuelos», «La fragilidad de los mayores», «Los rostros del mal», «Maldad y crueldad. Apocalipsis destructivo en las guerras actuales», «La furia de los dioses», «Atención con la fragilidad y las caídas de los mayores», «La salud de los refugiados», «Fragilidad y antifragilidad», «La maldad de Putin» y «Nuevo apocalipsis y batalla de Armagedón», «Ser viejo o no», «Anti-Aging», «Grafeno: un elemento de gran futuro tecnológico», «Estadística de Hiroshima» y «Vivir en la Luna». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
La dieta mediterránea
La dieta mediterránea es el modelo alimentario de los países de la cuenca mediterránea y es un ejemplo copiado por muchos países al demostrarse que es un ejemplo para disfrutar de salud. Y no solo eso: es además una filosofía de vida, gracias al clima, la geografía, las costumbres y la manera de vivir de los pueblos mediterráneos.
La dieta y cultura mediterráneas han sido nominados por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad porque la morbilidad y mortalidad de la población ofrece unos datos mejores que en otros pueblos, por ejemplo en los países del norte de Europa. Esto ha sido demostrado en un estudio multicéntrico con alimentos de la cuenca mediterránea denominado «Estudio Predimed», que demuestra cómo esta dieta aporta una nutrición equilibrada y completa, y es cardiosaludable.
La alimentación mediterránea es ovolactovegetariana no estricta. Contiene frutas, verduras, cereales y derivados de la pasta, legumbres, frutos secos y aceite de oliva como principal fuente de grasas y un consumo más frecuente de pescado que de carne roja. La hidratación se basa en agua (dos litros día) vino, cerveza y leche. Hay una cocina propia, predominan el arroz, las tortillas, las sopas y algunos fritos. De postre, fruta de temporada. La cocina mediterránea se origina probablemente en el Neolítico y se desarrolla y generaliza durante el Imperio Romano. Destaca la cocina de Apicio.
Nutricionalmente hay proteínas, lípidos protectores, glúcidos, vitaminas, minerales fitoquímicos, probióticos, inmunonutrientes, fibra dietética… Algunos alimentos son tan importantes que se utilizan en ceremonias religiosas: el pan, el vino, el agua, el aceite. También hay que decir que existe la cultura del cerdo y del vino como símbolo de tolerancia y de diversidad cultural, un alimento que separa dos religiones, el cristianismo (cultura porcófila y vinófila) y el islam (cultura porcófoba, vinófoba).