August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «Cosmonáutica y medicina espacial», en el que aborda esta desconocida especialidad médica. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «La fragilidad de los mayores», «Los rostros del mal», «Maldad y crueldad. Apocalipsis destructivo en las guerras actuales», «La furia de los dioses», «Atención con la fragilidad y las caídas de los mayores», «La salud de los refugiados», «Fragilidad y antifragilidad», «La maldad de Putin» y «Nuevo apocalipsis y batalla de Armagedón», «Ser viejo o no», «Anti-Aging», «Grafeno: un elemento de gran futuro tecnológico», «Estadística de Hiroshima», «Vivir en la Luna», «La dieta mediterránea», «Can Ruti, historia de una ilusión», «El secreto de la longevidad en las ‘zonas azules'», «Atención a las caídas, de noche y de día», «La buena vida y la vida buena», «Vida biológica y vida cuántica» y «Hospitales inteligentes». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
Recuerdo la emocionante noche de 1969 en la que pudimos seguir por televisión la fase final de la llegada del hombre a la Luna y recuerdo especialmente la impresión que me causó la frase que pronunció Neil Armstrong cuando dio su primer paso en la superficie lunar: «Éste es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad». Desde entonces he procurado estar informado de las campañas espaciales, tanto de Estados Unidos como de Rusia y, recientemente, de otros países. Me ha interesado especialmente la fisiología ambiental y las fisiopatologías relacionadas con la cosmonáutica.
Por esta razón es una materia que sigo con interés: astrofisiología, las dificultades del hombre en la Luna, la minigravitis, la administración de oxígeno y agua en condiciones extremas, las variaciones térmicas, las radiaciones cósmicas, la alimentación en el espacio y la agresividad cósmica, entre otros aspectos. Para mejorar la salud de los astronautas durante sus misiones en el espacio hay algunos aspectos clave:
- Microgravedad y radiación: el ambiente espacial, con su microgravedad y exposición a radiación, provoca cambios significativos en el cuerpo humano. Estos incluyen redistribución de líquidos, remodelación cardiovascular, arritmias, alteraciones nerviosas, cambios respiratorios, litiasis renal, atrofia muscular, osteoporosis, anemia, desregulación inmunológica y alteración de la microbiota intestinal.
- Contramedidas: para garantizar la adaptación, la seguridad y el rendimiento del astronauta deben desarrollarse e implementar contramedidas. Estas pueden incluir ejercicios específicos, medicamentos, cambios en la dieta y monitorización constante de la salud.
- Diferencia entre cosmonautas y astronautas: Aunque los términos cosmonauta y astronauta a menudo se utilizan indistintamente hay que tener en cuenta que cosmonauta proviene de las raíces griegas «kosmos» (cosmos) y «nauta» (navegante), mientras que astronauta se deriva del griego «astron» (estrella) y «nauta». Ambos se refieren a los navegantes del espacio exterior, pero los cosmonautas generalmente están asociados con programas espaciales rusos, mientras que los astronautas son más comunes en programas espaciales estadounidenses.
En resumen, la medicina espacial es fundamental para garantizar la salud y el bienestar de quienes exploran el cosmos.