Jaume Armengou, secretario general de la escuela de negocios IESE-Universidad de Navarra, profesor de su Departamento de Análisis de Decisión y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED); José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña, Premio Nobel de la Paz como representante del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y académico de número de la RAED, y Lorenzo Correa, reconocido divulgador científico, fundador del portal futurodelagua.com y autor de «100 Poemas del Agua», participaron el pasado 4 de junio en la sesión académica «DANA: ciencia, gestión y cultura del agua», que se celebró en la Sala de Juntas de la Real Academia. El acto fue presentado por Alfredo Rocafort, catedrático de Contabilidad de la Universidad de Barcelona y académico de número y presidente de la Junta de Gobierno de la RAED.

Durante la jornada, los participantes abordaron las causas, el impacto y respuestas que se deben ofrecer ante los futuros episodios de DANA como el acaecido en Valencia el pasado octubre desde una perspectiva científica y de gestión, promoviendo una reflexión interdisciplinaria sobre estos fenómenos meteorológicos extremos. Los tres expertos coincidieron en que resulta fundamental que el rigor científico sea el que marque el camino en las políticas hidráulicas cada vez más necesarias y urgentes en las cuencas mediterráneas, ya que las previsiones apuntan a cada vez más frecuentes episodios de gota fría debido a la crisis climática. Remitiéndose a sendos informes realizados por los proyectos científicos internacionales World Weather Attribution y Climameter, éste último financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, los ponentes aseguraron que el calentamiento global ha intensificado y hecho más frecuentes estos fenómenos extremos. Se estima que las lluvias fueron durante el último y trágico episodio de DANA en el Levante español entre un 12 % y un 15 % más intensas debido al aumento de la temperatura global, mientras que las temperaturas inusualmente altas del Atlántico y el Mediterráneo facilitaron la evaporación y la formación de tormentas.

En este contexto, los expertos advierten que las DANA futuras podrían ser hasta un 88% más intensas en el noreste de España. El desastre de Valencia también evidenció la vulnerabilidad de la región. Tres de cada diez viviendas construidas después del año 2000 estaban en zonas inundables y fueron gravemente afectadas. La urbanización descontrolada y la desertificación han aumentado la escorrentía, agravando el impacto de las lluvias. Además, la falta de alertas tempranas impidió que la población pudiera reaccionar a tiempo, añaden los entendidos. Autor del «Informe sobre cambio climático» que debatió la Comisión de Emergencia Climática del Parlamento de Cataluña, y del «Informe de los Premios Rey Jaime I de Medio Ambiente sobre el Actual Cambio Climático», que firmó junto a José Luis Rubio y que presentó ante el pleno del Alto Consejo Consultivo en I+D+i de la Presidencia de la Generalitat Valenciana, Baldasano incidió en la importancia de disminuir los factores de exposición a las inundaciones que traerán consigo estos fenómenos puntuales y violentos, con una adecuada ordenación del territorio, asumiendo su elevado coste y mejorando los aspectos de alerta temprana y los planes de actuación, que incluyan formación a la población y simulacros específicos.

Yendo más allá de los aspectos científicos y técnicos del fenómeno meteorológico, Armengou y Correa se centraron en el aspecto humano de crisis como la del pasado octubre y pidieron un consenso científico frente a disputas institucionales sobre responsabilidades que se han instalado en el debate público, así como la adopción inmediata y consensuada de planes y medidas que adoptar con urgencia. Los expertos alertaron también de la importancia de mantener la alerta y reformular todo tipo de proyectos, urbanísticos, construcción de infraestructuras o de cualquier tipo de uso y ocupación en zonas inundables para no repetir errores que pueden volver a tener consecuencias trágicas y pidieron el fomento de una cultura del agua que haga consciente a la población de su gestión y de la importancia de su buen uso para el bienestar y el desarrollo.