Pedro Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE-Universidad de Navarra, presidente de la Escuela de Negocios Internacional China-Europa (Ceibs) y académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Sociales de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), anima a las empresas y a los inversores españoles a embarcarse en aventuras más allá de sus fronteras y a apostar por un nuevo modelo social fundamentado en la responsabilidad y la iniciativa propia en los artículos «Internacionalizándose», «Diseñando», «Jubilando» y «Aprovechando», que ha ido publicando en el diario «La Vanguardia» entre los pasados 23 de marzo y 14 de mayo.
En «Internacionalizándose», el académico reflexiona sobre la necesaria búsqueda de nuevos mercados por parte de las empresas españolas, poniendo como ejemplo a Ferrovial pese a las críticas recibidas por su reciente cambio de sede social a los Países Bajos. «Rafael del Pino ha desarrollado bien Ferrovial tomando decisiones importantes a nivel internacional. Para ser un líder global hacia el futuro hay que tener una buena presencia en Europa, en Estados Unidos, en China, pero también es importante Europa del Este, Latinoamérica, África, India y Oriente Medio. Estados Unidos es un gran mercado y con gran prestigio. Es difícil ser una empresa internacional relevante sin estar en Estados Unidos. Pero no es algo muy fácil y hay quienes se autoengañan y evitan abordar el mercado americano. Rafael del Pino ha buscado un camino más fácil haciendo el despliegue internacional desde Holanda sin que eso implique que deje de tener empleados y directivos en España. Países Bajos es un país abierto, internacional, bien conectado, con gente muy preparada y puede ser una buena base para el despliegue internacional», considera.
En «Diseñando», por su parte, Nueno aborda su relación con el reconocido arquitecto catalán Josep Lluís Sert cuando empezó a estudiar su doctorado en la Universidad de Harvard y cómo su trayectoria profesional le motivó y consiguió impulsar la suya. «Tras unos meses viviendo como pudimos, conseguimos un apartamento en un conjunto de edificios que Harvard tenía para alquilar a sus alumnos. Los edificios eran muy especiales y la zona arquitectónica de mi cerebro me llevó a averiguar quién había diseñado aquel conjunto de edificios que se llamaba Peabody Terrace. Descubrí que era un arquitecto catalán que se llamaba Sert y que había sido el director de la escuela de arquitectura de Harvard. No sé cómo lo conseguí, pero pude asistir a algunas conferencias de Sert. Para mí, ver que un arquitecto de Barcelona era el más famoso en Boston fue un estímulo motivador increíble», rememora.
En «Jubilando», el presidente de la Sección de Ciencias Sociales de la RAED aborda el problema que afrontan los sistemas públicos de pensiones, especialmente en Francia, donde la prolongación de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años ha supuesto un grave conflicto social. «Hemos de evitar autoengañarnos. Asegurarnos de que tenemos algún plan de jubilación. Ahorrar todo lo que podamos. Ver en qué podríamos trabajar después de la jubilación. Para los que puedan diversificar, algunos ahorros, un plan de pensiones, algún piso alquilable, puede ser la mejor solución. Un desesperado Emmanuel Macron quiere atrasar dos años la edad de jubilación y los destrozos por protestar habrán consumido una cantidad de dinero enorme. ¿Qué pasará cuando no haya forma de pagar las pensiones? Una razón más para irse a vivir a Estados Unidos y montarse allí un plan de pensiones», reflexiona.
Finalmente, en «Aprovechando», el profesor de IESE considera que China y África son una buena oportunidad para los inversores que las empresas y los profesionales españolas no deberían desaprovechar. «La conclusión es que hemos de ser buenos amigos de China. Yo tengo colegas internacionales que se trasladaron a vivir allí y están muy satisfechos y también conozco muchos jóvenes que vinieron a hacer un programa máster a Ceibs, la escuela que fundé allí, y al terminar se quedaron en China con la idea de trabajar allí un año, pero les fueron saliendo oportunidades y allí están. Cuando en los años setenta y ochenta los españoles nos lanzamos a Latinoamérica fue algo parecido, nada fácil, pero a muchos les fue muy bien. China es otra oportunidad, y nos queda África. A ver si las aprovechamos», concluye.