Dr. Joaquín Callabed

Dr. Joaquín Callabed

Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y de la Real Academia de Farmacia de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), recupera sus reflexiones sobre los autores de la Antigua Grecia y la actualidad de la cultura clásica en los artículos «¿Por qué sigue vigente el legado de Pericles?», «Solón de Atenas, uno de los siete sabios de Grecia», «Hesíodo y el nacimiento de los mitos griegos», «Los cuatro inolvidables trágicos griegos» y «La Academia de Platón en Atenas», publicados a lo largo de los últimos meses en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa. Callabed suma estas reflexiones a las anteriores sobre la materia, también recogidas por la Newsletter de la RAED: «Las enseñanzas de la escuela cínica», «¿Por qué Platón aún está vigente?«, «La virtud según Aristóteles» y «20 máximas de Sócrates que deberías conocer».

En «¿Por qué sigue vigente el legado de Pericles?», el experto aborda el sistema democrático clásico liderado por Pericles desde Atenas, que a su entender supuso una gran transformación en la sociedad antigua, en la filosofía, en la ciencia y en las artes. «Atenas fue escenario durante el siglo V a.C. de un extraordinario florecimiento cultural, una edad de oro, que se inicia con la derrota de los persas en Salamina (480 a.C.) atravesada por las guerras del Peloponeso y concluye con la victoria de Esparta (404 a.C.). La personalidad de Pericles fue agente de transformaciones. El sistema democrático liberó las mejores energías creadoras del pueblo ateniense y estableció un modelo de gobierno que ha inspirado a lo largo de los siglos la lucha por la libertad y las instituciones representativas», señala.

Por su parte, en «Solón de Atenas, uno de los siete sabios de Grecia», Callabed destaca una de las figuras que junto a Tales de Mileto, Bías de Priene, Pítaco de Mitilene, Cleóbulo de Lindos, Quilón de Esparta y Periandro de Corinto se distinguió por su extraordinaria sabiduría y por sus conocimientos. «Solón fue poeta, reformador político, legislador y estadista ateniense. Nació en el 683 a.C en Atenas y murió en el 558 a.C. en Chipre. Fue un importante representante de la república ateniense, continuando la línea del rey Codro, de quien desciende, y de Draco. Como es característico en la Grecia antigua, es un héroe histórico y también legendario y mitológico. Los Siete Sabios de la Grecia del siglo VI a.C. son personalidades excepcionales que se distinguen por su extraordinaria sabiduría y conocimientos, como científicos, filósofos, estadistas y legisladores», resume.

El presidente del Club de Pediatría Social esboza en «Hesíodo y el nacimiento de los mitos griegos» la figura de un poeta, escritor y mitógrafo que está considerado el más antiguo autor de la Grecia Clásica después de Homero. «Pudo vivir en los siglos IX y VIII a.C. Nació en Beocia, cuya capital era Tebas, enemiga de Atenas y tierra de personalidades como Epaminondas, PíndaroPlutarco. Labró un campo poco generoso en Asora, cerca de Tespias, donde se recortan en el horizonte el Parnaso y Helicón y el caballo Pegaso había emprendido el vuelo hacia el cielo. Cuentan que decidió hacerse poeta cuando las musas se le aparecieron mientras estaba con su rebaño», resume.

Partenón de la antigua Grecia

Partenón de la antigua Grecia. Por pixabay.com

En «Los cuatro inolvidables trágicos griegos», el académico recuerda que si bien han pasado fundamentalmente a la historia tres grandes nombres de la tragedia griega como Esquilo, Sófocles y Eurípides, también destacó Tespis. «Tespis representa para la tragedia lo que Homero para la épica o Esopo para la fábula: es el primer poeta de su género literario y, al igual que ellos, su existencia bascula entre la realidad y la leyenda. La figura de Tespis, además, ha sido empleada como piedra de toque de la complicada cuestión del origen de la tragedia», señala el autor.

Finalmente, en «La Academia de Platón en Atenas», Callabed habla sobre la institución clásica que está considerada la primera universidad de Occidente, fundada en el año 391 a C. y dedicada al cultivo de las matemáticas y la dialéctica, en oposición a la Escuela Retórica de Isócrates. «La Academia era un parque utilizado como gimnasio en las afueras de Atenas. Su estructura no era jerárquica sino que sus miembros vivían como un grupo de iguales que investigaban en común. Tras Platón, que no cobraba honorarios, sus principales miembros fueron Aristóteles, que luego abrió el LiceoEudoxo de Cnidos, matemático y astrónomo; Heráclides Póntico, seguidor de Pitágoras, y políticos como Dion de Siracusa, Pitón y Heráclides de Eno y Menedemo de Pirra, además de más adelante cristianos y teólogos como Juliano, Basilio de Cesarea y Gregorio Nacianceno, quienes unieron a sus enseñanzas cristianas la idea de que la cultura clásica debía respetarse», concluye.