Anton Gasol, doctor en Economía y Empresa y exdecano del Colegio de Economistas de Cataluña, ingresó como académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una solemne sesión que se celebró en la Sala de Actos de Fomento del Trabajo, sede de la Real Corporación, el pasado 29 de junio. El acto pudo seguirse tanto de forma presencial como en streaming a través el canal de YouTube de la RAED, donde puede visionarse. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «La metamorrfosis del dinero». Le respondió, en nombre de la Real Academia, la académica de número Montserrat Casanovas.

Colaborador habitual de la RAED y activo partícipe de sus encuentros científicos, el nuevo académico abordó en su intervención la historia de dinero como sistema simbólico desde su origen y evolución, las monedas y su acuñación, su concepto, funciones y demanda, la creación del patrón oro, la articulación del sistema bancario o las crisis bancarias hasta los problemas y retos de futuro que plantea el dinero digital, la tecnología Blockchain y su irrupción en los mercados monetarios, la criptografía y seguridad, las criptomonedas y criptoactivos, las finanzas descentralizadas o ‘defi’, las fintech, los ico (‘initial coin offering’), el euro digital, los monederos digitales y las nuevas y futuras regulaciones y evaluación de riesgos en un hipotético nuevo orden monetario internacional.

Gasol inició su intervención destacando el fuerte valor simbólico del dinero desde su génesis como poderosa herramienta intelectual en el proceso de racionalización cultural. «El dinero es un formidable sistema simbólico. Al ser un símbolo, entra en el juego fantástico de los símbolos, como el lenguaje, que nos sirve para entendernos o para engañarnos, para describir rigurosamente la realidad o para crear mundos imaginarios, para elaborar planes que después se pueden realizar. Es una ficción que, como otras ficciones políticas o económicas, sirve para resolver problemas reales», consideró destacando su desarrollo como una revolución mental, que no precisó de grandes descubrimientos tecnológicos asociados.

En este sentido, para el recipiendario, el poder, las obligaciones y los tributos religiosos han jugado un papel crucial en todo lo concerniente sobre los orígenes del dinero y la fiscalidad ha ejercido desde tiempos inmemoriales como motor de la transferencia de recursos reales de los sujetos a la autoridad. «El dinero es el vehículo. La transferencia de recursos fue en parte para proveer a la propia autoridad, y en parte para permitir a la autoridad redistribuir el excedente a sus súbditos de manera más equitativa, dentro del contexto de las costumbres sociales culturales y religiosas de cada época», afirmó.

Tras definir paso a paso la evolución del dinero y de los sistemas financieros y de plantear los retos que supone la digitalización, con el correspondiente papel de los reguladores públicos, Gasol alertó de que lo que estamos viviendo en las primeras décadas del siglo XXI es sólo el inicio de una revolución de la cual apenas vislumbramos su evolución y sus consecuencias. «El sector financiero siempre ha mostrado una estrecha vinculación con las tecnologías de la información y comunicación y, por ende, es uno de los avezados en afrontar el reto de este proceso de cambio acelerado. La explotación de herramientas tecnológicas incipientes como la inteligencia artificial, los pagos instantáneos, el procesamiento de datos, los criptoactivos o los registros distribuidos han servido para modernizar procesos internos del conjunto del sistema financiero, y, a la vez, han permitido dar forma a nuevos productos y servicios cuyo recorrido potencial está comenzando a vislumbrarse. A medida que la sociedad vaya adentrándose en esta transformación digital, también irán variando sus intereses, apareciendo así nuevos fenómenos y formas de expresar valor», concluyó.