Carlos Grau, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y profesor de Economía y Organización de Empresas de la Universidad de Barcelona, ingresó como académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una solemne sesión que se celebró en la Sala de Actos de Fomento del Trabajo, sede de la Real Corporación, el pasado 3 de julio. El acto pudo seguirse tanto de forma presencial como en streaming a través el canal de YouTube de la RAED, donde puede visionarse. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «El largo camino de la eficiencia». Le respondió, en nombre de la Real Academia, la académica de número Esther Subirá.

Autor de obras de referencia en el campo de los Recursos Humanos, el nuevo académico realizó en su intervención un recorrido a lo largo del tiempo, para analizar cómo la humanidad ha ido buscando y mejorando la eficiencia empresarial para mejorar sus condiciones de vida desde la abolición de la esclavitud y la Revolución Industrial hasta alcanzar la figura de Adam Smith, considerado el padre de la economía política y de la economía de la empresa. Asimismo abordó los cambios de estructura social que se produjeron a principios del siglo XX, la evolución de la cultura empresarial y de trabajo a lo largo de esa centuria, con y, tras la Segunda Guerra Mundial, la necesidad de crear espacios comunes y valores compartidos para que la cultura empresarial de Oriente y Occidente diesen unos frutos en común que culminarían con la globalización en la que nos encontramos en el presente.

Para el recipiendario, el tiempo, la ciencia, la tecnología y los avances operativos han demostrado que las empresas y la economía necesitan cada vez más de un tipo de trabajador altamente cualificado y motivado en sus funciones, con capacidad de desarrollarse a la vez que el proyecto empresarial que lidera, incluso vaticinó una era en la que la mayoría de los trabajadores responderán a este perfil especializado, con enormes capacidades. «Personas generalmente con estudios universitarios de tipo superior y una gran experiencia, que saben gestionar la empresa mejor que el propietario y que el emprendedor. Personas que disfrutan trabajando y altamente comprometidas con la empresa. Personas muy difíciles de encontrar y difíciles de sustituir», señaló.

«Nuestra propuesta de relación entre empresa y este tipos de trabajadores altamente cualificados es la de compartir valores. No se trata de ninguna teoría nueva, múltiples tratadistas avalan esta propuesta. Los cambios culturales son tan complejos que posiblemente nuestra propuesta se quede en un canto al sol, pero si este trabajo se pudiese convertir en una pequeñísima aportación en el incremento de la eficiencia entre empresario y trabajador nos daríamos por muy satisfechos», concluyó Grau.