Mario Barquero, consejero de ESERP Business & Law School, miembro de honor del Consejo Superior Europeo de Doctores y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), esbozó la historia de los estudios vinculados a la economía de empresa y la contabilidad en el estudio «Evolución de los estudios mercantiles», que presentó en el Ciclo de Ponencias que la Real Academia celebró este 2022 en Barcelona y Madrid. Barquero sumó a los datos históricos su propia memoria personal y familiar sobre la materia.
En un sucinto repaso a la historia, el académico recordó cómo los estudios mercantiles aparecieron en España de la mano del emperador Carlos I, que exigió a sus banqueros, mercaderes y proveedores llevar libros de memoria que ofreciesen información fiable sobre sus operaciones. «No es extraño que entre los siglos XVII y XIX los primeros centros de enseñanzas estuviesen situados en las ciudades de mayor actividad comercial. La Orden de los Jesuitas en Bilbao, el Cabildo Municipal de Cádiz o la Junta de Comercio de Barcelona estuvieron detrás de estas primeras iniciativas docentes», explicó.
Asimismo, repasó el nacimiento y rápido desarrollo de los colegios profesionales para proteger y dar reconocimiento a la profesión, con el Colegio Profesional de Titulados Mercantiles de Madrid, creado en 1881, como pionero. Fue un momento en el que los estudios mercantiles dieron en España un salto de calidad, ya que un Real Decreto de 1887 estableció que los alumnos tenían que ir a validar sus estudios, en aquel principio a Madrid o Barcelona, para acceder al título de profesor mercantil, lo que dio pie a la generalización de una docencia dotada de reconocimiento y prestigio.
Sin embargo, los estudios económicos no obtuvieron un grado universitario hasta bien entrado el siglo XX, y de forma parcial. «La creación hacia 1943 de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas era una reivindicación falangista para homologar sus cuadros dirigentes a los catedráticos de otras disciplinas. La posterior ley de 1953 equiparó los estudios de comercio al Bachillerato, matriculándose en el curso de 1947-48 más de 60.000 alumnos en toda España, la cifra más alta nunca alcanzada. Sin embargo, las facultades de ciencias políticas y económicas impusieron que desde una escuela de comercio solo se pudiera acceder a su sección comercial, no a la empresarial ni a la política, y la ley de 1963 excluyó a los titulados mercantiles de puestos en el Ministerio de Hacienda que tradicionalmente venían ocupando», apuntó Barquero, dando un especial valor a la evolución de las últimas décadas en el reconocimiento de estos estudios.