
Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y de la Real Academia de Farmacia de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), retoma sus reflexiones sobre los autores de la Antigua Grecia y la actualidad de la cultura clásica en los artículos «El Liceo creado por Aristóteles», «Tales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia», «El gran siglo de Pisístrato», «La educación infantil en la Antigua Grecia», «Heráclito de Éfeso y el fuego» y «Ulises, símbolo de la aventura humana», publicados entre estos meses de mayo y junio en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «El Liceo creado por Aristóteles», Callabed se refiere al legendario espacio situado en las cercanías del templo de Apolo Licio, dentro de las murallas de Atenas, donde Aristóteles impartía sus enseñanzas, tradicionalmente paseando con sus discípulos por el jardín o por algún pórtico cubierto. De aquí que a la escuela filosófica de Aristóteles se la conozca como la escuela del Liceo, o también, como la escuela peripatética. «En el Liceo, Aristóteles dictó las lecciones que constituirán luego la mayor parte de su obra conservada. La escuela siempre tuvo una orientación empírica, en oposición a la Academia de Atenas, mucho más especulativa. Esa orientación empírica se acentúa cuando Teofrasto asume su dirección. En el testamento de Aristóteles se habla de la infraestructura del Liceo, que contaba con jardín, el paseo, biblioteca y demás habitaciones», explica.
Por otra parte, en «Tales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia», el experto recupera la figura de este filósofo, matemático, geómetra, físico y legislador griego que definió el agua como el principio originario de la naturaleza y fundó la Escuela Jónica de Mileto. «Tales de Mileto es reconocido por romper con el uso de la mitología para explicar el mundo y el universo, cambiándolo en su lugar por explicaciones naturales mediante teorías e hipótesis naturalistas que utilizan la razón (logos), por lo que es considerado el iniciador de la especulación científica y filosófica griega y occidental», señala.
En «El gran siglo de Pisístrato», el académico presenta el personaje que ha sido considerado el prototipo de los tiranos griegos tras ejercer un régimen con mano de hierro y grandes éxitos políticos en Atenas en el siglo VI a.C. «El siglo de Pisístrato en la Antigua Grecia es uno de los grandes de la historia. Se le ha considerado el prototipo de los tiranos griegos, cuya política evoca a los déspotas ilustrados del siglo XVIII. Ejerció la dictadura en Atenas entre 561 y 528 a.C. con dos interrupciones», recuerda.
El presidente del Club de Pediatría Social dedica «La educación infantil en la Antigua Grecia» a analizar los diferentes modelos educativos en la época. «En Atenas, el padre tenía derecho a aceptar al niño recién nacido o exponerlo, es decir, abandonarlo, sin preocuparse si sería acogido o moriría como los pequeños cachorros. En Esparta solo la Comunidad de los Iguales podía decidir sin consultar con los padres, si el recién nacido era lo bastante robusto para llegar a ser un espartano o bien había que arrojarlo a la sima del Bárato, que era un hoyo profundo donde se arrojaban los condenados a muerte», inicia su explicación.

Partenón de la antigua Grecia. Por pixabay.com
En «Heráclito de Éfeso y el fuego», el ‘lector experto’ aborda la figura y la obra de uno de los primeros filósofos presocráticos que trató de identificar la primera causa de creación del mundo. «Fue uno de los primeros filósofos que quiso explicar la primera causa de la creación del mundo. Para ello, rechazó anteriores opiniones como la de Tales de Mileto, que consideraba que era el agua, o la de Anaximandro, que consideraba que era el aire. Por contra, consideró Heráclito de Éfeso que el fuego es la causa primera», detalla.
Finalmente, en «Ulises, símbolo de la aventura humana», Callabed hace referencia a uno de los protagonistas principales de la guerra de Troya y uno de los grandes héroes de los griegos que han pasado a la historia y son de referencia común aún hoy en día. «Caracteriza a Ulises su humanidad. Sus compañeros son amigos y súbditos y le obedecen porque ven el él un espíritu superior capaz de superar todas las dificultades. Ulises considera que la inteligencia y el ingenio pueden imponerse siempre, tanto si se encuentra con la maga Circe, en el antro del cíclope o arrojado por la tempestad a las riberas de los feacios sabe responder adecuadamente: valor, reflexión y astucia son sus armas preferidas. La diosa Atenea no deja nunca de protegerlo, salvándole de peligros y apareciendo de una u otra forma para guiarlo en medio de dificultades», narra.
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Leer «La educación infantil en la Antigua Grecia»
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