Ignacio Buqueras, presidente de la Asociación para la Difusión y Promoción del Patrimonio Español, presidente de honor de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores y académico de número de la Real Academia de Doctores de España y de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «2024: año de la sociedad civil», una reflexión sobre la construcción de la sociedad civil en la España de las últimas décadas y su papel decisivo en la consolidación de las libertades y la defensa de la democracia.
2024: año de la sociedad civil
Más de la mitad de mi vida la he dedicado a promover y fortalecer nuestra sociedad civil. Mi dedicación altruista a ella siempre ha sido intensa, y en algunas épocas podría calificarla de casi plena. Me ha movido a ello el constatar la debilidad de nuestro tejido social; la carencia de una adecuada educación cívica; la excesiva supeditación de la sociedad civil al poder político, a las administraciones…
Considero de gran importancia y urgencia todo lo que pueda hacerse para el fortalecimiento de la sociedad civil. Para ello es de enorme interés cuanto se haga para un mejor conocimiento de su historia, su desarrollo, su configuración y las propuestas y opiniones de instituciones y personalidades.
Durante más de diez lustros, desde muy diferentes ámbitos y desde distintas responsabilidades, he tenido la oportunidad, incluso diría el privilegio, de vivir muy de cerca la evolución política, económica, social y cultural de nuestra sociedad, que ha sido impresionante. Considero que España ha dado un salto en su evolución y progreso sin parangón en toda nuestra historia. El pueblo español, en este período, ha dado excelentes pruebas de madurez.
Una etapa de nuestra historia ha terminado, un nuevo siglo y un nuevo milenio hemos iniciado. En él, considero de singular importancia el papel que representará la sociedad civil y el protagonismo de cada uno de los ciudadanos. El protagonista de la democracia no es el Estado, como no es el mercado el protagonista de la libertad. El gran protagonista de la democracia debe ser el ciudadano, expresión pública de la persona vinculada a su comunidad.
Para fortalecer la democracia, sistema de gobierno extremadamente débil y complejo, es indispensable desarrollar políticas democráticas que promuevan ciudadanías participativas en las áreas del poder. Sólo su ejercicio enseña a ser demócrata, y sólo participando se es verdaderamente ciudadano. La democracia es el fruto de un largo aprendizaje y de un diario ejercicio.
La democracia como cultura tiene que ver con el comportamiento cotidiano, con las costumbres y con la forma de entender el mundo, de percibirse a sí mismo y de relacionarse con los otros.
El desarrollo de la ciudadanía debe erigirse en nuestra prioridad. Pero se trata de un desarrollo que pase por la construcción de la sociedad civil: es decir, de una sociedad formada por ciudadanos libres que ejercen sus derechos y cumplen con sus obligaciones en un marco constitucional que les permita aprovechar sus capacidades para una más perfecta gobernación.
Un problema que habitualmente se plantea en nuestro ámbito occidental es como superar la desconfianza que existe entre la sociedad civil y los partidos políticos. Considero que no solo es posible, sino necesario y urgente, potenciar la presencia y la proyección de la sociedad civil junto con fortalecimiento de los partidos políticos. Precisamos partidos políticos estables, representativos, fuertes, prestigiosos, democráticos en su funcionamiento interno, volcados en una rica vida parlamentaria, abiertos a la sociedad, alejados de planteamientos oligárquicos, y con una financiación transparente. Pero también necesitamos una sociedad civil participativa, dinámica, creativa, innovadora, y, sobre todo, independiente.
Este protagonismo de nuestros ciudadanos debe venir de la mano de la educación, avalado por ella. Como dijo Immanuel Kant: «La educación es la humanización del hombre». La riqueza de un país está mucho más vinculada a la cualificación de sus hombres que a los recursos naturales de que dispone.
La educación que se imparte en un país, y que debe cuidar especialmente del desarrollo integral del ser humano, establece la calidad de sus ciudadanos.
La necesidad de una educación permanente no solo resulta indispensable para estar al día en el progreso científico y tecnológico, sino también para lograr el enriquecimiento cultural, profesional y ético de los individuos. La formación del profesorado, a todos los niveles, es la piedra angular del edificio educativo.
El director general de la Unesco entre 1987 y 1999, Federico Mayor Zaragoza, escribió en «Mañana siempre es tarde»: «Educar para participar activamente en la cosa pública, participar por sí mismo, escogiendo libremente entre opciones. Ésta es la función de la educación: hacer posible una participación amplia y profunda del ciudadano. Ésta es la irremplazable acción de la educación en beneficio de la democracia: participo, luego existo. El hombre no es si no participa. El hombre no es si no es educado, si no sabe contemplar las diversas opciones que se le ofrecen y escoger libremente aquellas que considera más adecuadas.”
Congresos Nacionales de la Sociedad Civil
Desde la Fundación Independiente, que presidí desde 1995 hasta 2016, excepto en el período 2004-2007, se constituyó la Asociación Sociedad Civil Ahora, bajo la presidencia de Aldo Olcese, que tiene como objetivo agrupar entidades representativas de la sociedad civil, que sin perder su propia personalidad, apoyan principios básicos como la unidad de España, la Constitución, la Monarquía Parlamentaria, el pacto por la educación,… Hasta el momento, la entidad ha celebrado tres Congresos Nacionales de la Sociedad Civil, en los que he tenido la satisfacción de intervenir, fruto de los mismos son los libros: «Repensar España», sobre el primero celebrado en el Real Casino de Madrid en febrero de 2020; «Relanzar España» sobre el segundo, que tuvo lugar en el Ateneo Mercantil en Valencia en septiembre de 2021; el tercero tuvo lugar en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid en abril de 2023. El libro publicado con tal motivo, reflejo del Congreso Nacional, se titula «Regenerar España».
Actualmente, la Asociación Sociedad Civil Ahora aglutina más de treinta entidades y está preparando la convocatoria del IV Congreso Nacional de la Sociedad Civil, que se celebrará en Sevilla en la primavera de 2024. Es uno de los esfuerzos más relevantes en el fortalecimiento de la sociedad civil con resultados destacados.
En esta línea, están otros encomiables esfuerzos como el que lidera Mariano Gomá en el Foro España de la Solidaridad. Sus orígenes son el G-2020, que promovió hace años Salvador Sánchez Terán, del que nació España Cívica y El Foro España de la Solidaridad y del Progreso, que convoca los Premios Solidarios y el Progreso. Actualmente, está en proceso de fusión el Foro España de la Solidaridad y del Progreso y España Cívica.
Otro grupo importante, recientemente formado, es Neos, con principios cristianos nacido con el impulso de Valores y Sociedad y Fundación Villacisneros y el apoyo de One of Us, Fundación Cultural Ángel Herrera y Queremos. Asistí a su acto de presentación y he participado en algunos de sus actos.
Es muy importante, necesario y urgente que los españoles, especialmente aquellos que forman parte del mundo asociativo, que aunemos esfuerzos, superando personalismos, egoísmos y cortedad de miras, con generosidad y espíritu de servicio al mejor futuro de España y los españoles.
Es imprescindible que la sociedad civil ocupe el lugar que le corresponde y desarrolle el mensaje y las acciones de las que España está necesitada para superar la grave situación política que está viviendo y afronte con ilusión y esperanza el futuro que le corresponde. España nos necesita. Demos un paso adelante. Hoy, mejor que mañana.