Rafael Urrialde, profesor del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU-San Pablo, presidente de la Comisión Científica de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, secretario de la Fundación Española de Nutrición, académico de honor de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), y Marcela González-Gross, catedrática de Nutrición y Fisiología del Ejercicio y directora del Departamento de Salud y Rendimiento Humano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte-INEF de la Universidad Politécnica de Madrid, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición, académica correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia y académica de número de la RAED, publican en el número 181 de la revista «Distribución y consumo», editada por Mercasa, la empresa pública española de referencia en el sector de la distribución alimentaria, el artículo «Alimentación saludable. El ejemplo de la dieta mediterránea», en el que resumen sus trabajos sobre una materia en la que son reconocidos expertos.

«En la actualidad, la alimentación saludable no es solo la que evita caer en la malnutrición, es decir, aquella que nos aporta todos los nutrientes, a través de los alimentos y bebidas, que necesita nuestro organismo para vivir, sino la que permite de gozar de la mejor salud posible, evitar las enfermedades crónicas no transmisibles y envejecer libre de discapacidad. Para ello, debemos seguir una alimentación rica en frutas y verduras, legumbres, cereales, pescado azul, frutos secos, aceite de oliva, moderada en lácteos fermentados, carne blanca, huevos, y baja en carne roja, azúcares, sal y grasas saturadas. Esto se corresponde con la dieta mediterránea, que fue inscrita en 2010 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y es una de las dietas más estudiadas en la investigación científica y ha demostrado sus efectos beneficiosos para la salud y la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles», resumen los autores su estudio.

Para Urrialde y González-Gross, esta dieta saludable va mucho más allá de un listado de alimentos y de sus principales elaboraciones para convertirse en una serie de actitudes y valores comportamentales como la práctica de actividad física, el descanso corto ocasional que supone la costumbre de la siesta, las comidas sociales y en calma y un amplio acervo gastronómico. Por otro lado, los expertos abogan por que este modelo de alimentación sostenible sea promovido por las instituciones públicas y privadas y objeto de investigación, conocimiento y respeto en la cadena continua de producción, procesamiento, promoción, venta y consumo de alimentos dado el retroceso del que es objeto.

«A pesar de estos beneficios comprobados, los datos de las investigaciones realizadas en los países mediterráneos indican un progresivo alejamiento de la dieta mediterránea en las últimas décadas. Esto es una preocupación compartida entre investigadores, clínicos y administraciones públicas, y debemos unir nuestros esfuerzos en hacerla más atractiva para las generaciones actuales y futuras, con un enfoque de una sola salud en lo referido a la alimentación», señalan los dos académicos, que alertan del auge de la comida rápida y abogan por la reducción de sal y azúcar, así como de la ingesta de grasas saturadas. «Una alimentación saludable debe tener en cuenta aspectos novedosos como la sostenibilidad. Los estudios demuestran que la dieta mediterránea es una dieta sostenible. Que se vaya dejando de seguir debe ser una preocupación compartida entre investigadores, clínicos y administraciones públicas, y debemos unir nuestros esfuerzos en hacerla más atractiva», concluyen.

Reconocido experto en la regulación alimentaria, Urrialde es autor y coautor de publicaciones científicas relacionadas con la educación nutricional. Fue jefe de Salud y Seguridad Alimentaria en Puleva Food, director del Área de Sanidad y Alimentación en la Unión de Consumidores de España, coordinador técnico de la revista «Ciudadano», director de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia, técnico de análisis del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y colaborador de la Cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Por su parte, González-Gross es miembro de las juntas directivas de la Federación de Sociedades de Nutrición de Europa y de la Iniciativa Europea «El Ejercicio es Medicina», miembro de la Unión Internacional de Ciencias de la Nutrición, socia fundadora de la red científica Exernet y miembro de Red Cíber de Obesidad y Nutrición. Ha participado asimismo en más de 70 proyectos de investigación e impartido más de 250 conferencias a nivel nacional e internacional. Ha recibido varios premios, entre ellos, el Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte, que concede la Universidad de Oviedo.

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