Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela. Académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado por el diario «Lanza» el 8 de julio de 2020
Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), publicó el pasado 8 de julio junto a
en el diario «Lanza. Diario de La Mancha», el artículo «La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén: de custodia de los santos lugares a garantes de una enorme obra social», en el que aborda la función actual de esta histórica orden de caballería, que se encuentra bajo la protección y dependencia directa de la Santa Sede, está dirigida por un cardenal de la Curia Romana designado como gran maestre (en la actualidad, el cardenal Fernando Filoni) y además de los objetivos espirituales propios de su condición es responsable del mantenimiento de una importante obra social en Tierra Santa.«La mención de las órdenes militares de caballería hace retrotraer la memoria colectiva al medievo y a la época de las cruzadas. En este marco, precisamente en la Primera Cruzada, nació la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, fundada por Godofredo de Bouillón en 1098 con la misión de defender por las armas el Templo del Sepulcro de Cristo del ataque de los infieles. Estos caballeros fueron llamados así por haber sido investidos por el patriarca latino de Jerusalén ante el Santo Sepulcro y constituyeron una guardia noble de 500 guerreros que velaba con sus armas, noche y día, este Santo Lugar, protegían las murallas de Jerusalén y acompañaban a sus reyes en todas sus batallas, custodiando la Sagrada Cruz.
Se trata de la primera de todas las órdenes militares de la historia que ha mantenido ininterrumpidamente su presencia en la civilización judeocristiana europea», presenta el académico este antiguo cuerpo militar de élite que sigue activo en la actual vida civil.
Tras repasar la azarosa historia de la orden, López Muñoz se detiene en su actividad presente, focalizada en el mantenimiento de una enorme obra social en Tierra Santa. Las aportaciones obtenidas por las lugartenencias de la orden distribuidas por todo el mundo se destinan, prácticamente en exclusividad, a sostener y ayudar a las obras y las instituciones caritativas, educativas, asistenciales, culturales y sociales de la Iglesia Católica en Tierra Santa, particularmente las situadas en la demarcación del Patriarcado Latino de Jerusalén, con el que la orden ha mantenido históricamente estrechos vínculos, además de a sostener los derechos de la Iglesia Católica en los Santos Lugares.