Enrique Sada Sandoval

Enrique Sada

El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica los artículos «Entrevista a un Moctezuma de México» y «Muerte y sucesión del Papa Francisco», en los que analiza la actualidad mexicana e internacional, publicados los pasados 4 y 25 de abril en los diarios «El Siglo de Torreón» y «El Siglo de Durango» y en el portal digital Código Libre.

En «Entrevista a un Moctezuma de México», el analista reflexiona sobre lo que tilda de «falso indigenismo» del discurso oficial en México, que idealizando el aztequismo ha conseguido excluir a los dos centenares de las etnias que formaban parte del territorio histórico mexicano, incluyendo las que quedaron al norte del Río Bravo tras la invasión estadounidense de 1847. Para ello recupera una entrevista que el diario «ABC» realizó a Ituriel Moctezuma, descendiente de Teresa Francisca, hija de la primera esposa del emperador que un 8 de noviembre de 1519 tendió la mano a Hernán Cortés en Tenochtitlán.

«La leyenda negra es la historia de España contada por los enemigos de España, lo cual no debería ser. Creo que cada pueblo tiene el derecho de contar su propia historia nacional sin la intervención perniciosa de voces venidas de pueblos ajenos. Es una infamia hablar por otros. La historia de España debe ser contada y aprobada por el pueblo español, y por nadie más. Esta regla debe aplicarse a todas las naciones, así evitaremos contarnos leyendas negras entre naciones. Hay más casos. Contar la historia de Inglaterra solo compete a los ingleses. Y la historia de México debe ser contada en primer lugar por el pueblo mexicano antes que por cualquier otro. Si cada país se aboca a narrar, avalar y revisar su historia nacional en lugar de pretender dictar la de otra nación, acabaríamos con las leyendas negras en uno y otro sentido», explica Moctezuma en declaraciones recogidas por Sada.

Por su parte, en «Muerte y sucesión del Papa Francisco», el historiador rememora las últimas horas del Papa Francisco tras haber celebrado la Pascua de Resurrección y saludar desde la basílica de San Pedro una vez realizada la tradicional bendición «Urbi et Orbi» y su legado como primer pontífice hispanoamericano. «Hombre de grandes afectos al igual que de enemistades, el argentino Jorge Mario Bergoglio ejerció un pontificado que para muchos se antojaba de transición, prolongándose por 13 años, de manera afable, cercano a la gente y distinguido por su extrema sencillez como uno de los carismas que le eran propios. A la hora de su muerte, el Papa Francisco disponía de no más de 100 dólares como patrimonio personal, puesto que de conformidad con el voto de pobreza realizado como sacerdote, no poseía cuentas bancarias, propiedades ni inversiones a su nombre», recuerda.

Sada plantea las posibles líneas de sucesión que se darán en el cónclave que deberá elegir el nuevo heredero de la cátedra de san Pedro, con el africano Robert Sarah, proveniente de Guinea, como uno de los más fervientes impulsores de la evangelización a partir del magisterio de la Iglesia; el norteamericano Raymond Burke, el alemán Lüdwig Müller o el filipino José Antonio Tagle, cardenal de Manila, más identificado con la línea del finado Francisco; o bien la sorpresa que supondría la elección de un papa más joven como sería el caso del cardenal Mykola Bychok, nombrado en 2024 como representante del rito oriental católico-ucraniano en Australia.