Francisco López Muñoz
Profesor de Farmacología, vicerrector de Investigación y Ciencia y director de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Artículo publicado en el portal especializado The Conversation el 26 de enero de 2022

Francisco López Muñoz

Dr. Francisco López Muñoz

Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reivindica la figura del diplomático español Ángel Sanz Briz en el artículo «¿Cómo pudo un diplomático español salvar del Holocausto a más de 5 000 judíos húngaros?», publicado en el portal especializado The Conversation el pasado 26 enero y reproducido por diversos medios de comunicación españoles e hispanoamericanos. El académico firma el artículo junto a Esther Cuerda, vicepresidenta del Centro de Investigaciones sobre Totalitarismos y Movimientos Autoritarios de la Universidad Rey Juan Carlos.

«Cuando se habla de héroes salvadores de judíos del holocausto nazi, el mayor genocidio de la historia de la humanidad, siempre viene a colación la figura de Oskar Schlinder, gracias a la magnífica y oscarizada película de Steven Spielberg «La lista de Schindler» (1993). Sin embargo, hubo muchos más héroes que arriesgaron vida y carrera y lograron salvar muchas más vidas (aunque el número no sea lo más trascendente, en este caso). Entre ellos destaca, sin duda, el diplomático español Ángel Sanz Briz (1910-1980), conocido como el Ángel de Budapest, cuya admirable historia es poco conocida, en general, aunque los libros de algunos destacados periodistas, como Diego Carcedo y Arcadi Espada, la hayan sacado a la luz», inician los dos expertos su trabajo.

Ángel Sanz Briz

Ángel Sanz Briz

López Muñoz y Cuerda recuerdan cómo tras la llegada al poder del partido nazi en Alemania en 1933, la Regencia húngara del almirante Miklós Horthy mostró su apoyo al nuevo gobierno alemán con el objetivo de recuperar parte del territorio imperial perdido después de la I Guerra Mundial. Eso hizo que en Hungría también se promulgasen leyes antisemitas similares a las leyes de Núremberg alemanas, además de discriminaciones sociales de carácter racial y la eliminación de los judíos del funcionariado y la vida pública. Tras la invasión nazi de Hungría, la situación empeoró y las autoridades militares y civiles confiscaron sus propiedades y comercios, se abolieron sus derechos y, finalmente, se les recluyó en guetos.

En ese contexto, Sanz Briz, responsable de la legación española en Budapest, comenzó a proporcionar las llamadas cartas de protección o salvoconductos a judíos que alegaban a sus orígenes sefardíes, en virtud de un antiguo Real Decreto de 1924 promulgado durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera que les otorgaba la ciudadanía española. Aunque posteriormente la protección se extendió a cualquier judío perseguido, haciéndolos pasar por sefardíes. Tras negociar con las autoridades húngaras, recibió inicialmente el consentimiento de otorgar esos derechos a 200 judíos de origen español, pero amplió la cobertura a 200 familias y posteriormente continuó incrementando el cupo asignado.

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