
José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña, Premio Nobel de la Paz como representante del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), alerta de la imparable tendencia del calentamiento global en el artículo «¿Hemos superado realmente el umbral de 1,5 °C de calentamiento marcado por el Acuerdo de París?», publicado el pasado 24 de julio en el portal especializado The Conversation y recogido en los días posteriores por diversos medios españoles e hispanoamericanos. El experto se cuestiona si la humanidad, pese a sus buenas declaraciones de intenciones y diversos acuerdos y protocolos internacionales impulsados desde la histórica cumbre de París hace ya una década será capaz de combatir con eficacia y, sobre todo, a tiempo, el cambio climático, después de que el negacionismo siga imponiéndose pese a la evidencia científica.
«El informe sobre el estado del clima de 2024 de la Organización Meteorológica Mundial confirmó que la temperatura media anual global en 2024 fue 1,55°C superior al promedio del periodo 1850-1900, que se toma como referencia para medir el calentamiento del planeta. La temperatura media global superó los 1,5°C brevemente durante un mes o más en 2016, 2017, 2019, 2020 y 2023. Sin embargo, el año pasado fue el más cálido en los 175 de los que se tienen registro. ¿Pero significa todo esto que ya hemos sobrepasado los 1,5ºC que establece como umbral el Acuerdo de París?», introduce Baldasano el tema señalando que si la diferencia entre la reducción de emisiones necesaria para alcanzar este objetivo y las reducciones reales siguen el ritmo actual es extremadamente improbable que se pueda alcanzar el objetivo en el año 2030, como fija el compromiso de París. Según determinaron los expertos en su día, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deberían haber bajado un 7,6% cada año entre 2020 y 2030, algo que de momento no ha sido así. En el sentido contrario, el peor escenario climático previsto entonces nos llevaría al planeta a aumentar casi 5°C la temperatura media a finales de siglo XXI.

Dr. José María Baldasano
El académico detalla que las temperaturas globales no aumentan de forma gradual y que se debe considerar la diferencia entre la variabilidad natural del clima por fenómenos como El Niño o por la actividad volcánica, y la variabilidad que define su tendencia en el tiempo, ya que el sistema climático oscila en diferentes escalas de tiempo con frecuencias temporales a corto y largo plazo. Sin embargo, evaluar el aumento de la temperatura media global utilizando el calentamiento promedio de las últimas décadas puede retrasar el reconocimiento formal de cuándo la Tierra supera el límite de 1,5°C, lo que generaría inacción justo cuando la acción climática es más urgente. «Se necesita definir y acordar una métrica única y consensuada que describa claramente la superación del umbral de 1,5°C y anticipar los acontecimientos que lo precederán. Los impactos asociados serán graves. Tal aumento podría parecer una realidad lejana, pero podríamos estar alcanzándolo antes de lo que imaginamos de acuerdo a las observaciones ya disponibles», concluye.
Baldasano fue el autor del «Informe sobre cambio climático» que debatió la Comisión de Emergencia Climática del Parlamento de Cataluña y elaboró también el «Informe de los Premios Rey Jaime I de Medio Ambiente sobre el Actual Cambio Climático», que firmó junto a José Luis Rubio y que presentó ante el pleno del Alto Consejo Consultivo en I+D+i de la Presidencia de la Generalitat Valenciana. El académico presentó asimismo el estudio «Las zonas de bajas emisiones para mejorar la calidad del aire de las ciudades» en el encuentro virtual «Barcelona, zona de bajas emisiones», celebrado por el diario «La Vanguardia». Baldasano estudió a fondo los efectos de la reducción de emisiones que se produjo debido a las restricciones de movilidad a consecuencia de la pandemia en artículos como «Covid-19 lockdown effects on air quality by NO2 in the cities of Barcelona and Madrid (Spain)», donde apelaba a la implementación de nuevas políticas de movilidad urbana tras certificar una reducción de emisiones que se situó entre el 50% y el 62% en estas dos ciudades durante el mes de marzo de 2020.