Mariàngela Vilallonga, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), pronunció el pasado 23 de marzo en la Sala Pi i Sunyer del Instituto de Estudios Catalanes la ponencia «Copistes, filòlegs i editors«, en la que realizó un breve pero documentado repaso a la transmisión de los textos clásicos en la literatura catalana contemporánea, desde Catulo, Virgilio y Horacio hasta Mercè Rodoreda y Aurora Bertrana, pasando por los humanistas Jeroni Pau, Pere Miquel Carbonell, Joan Ramon Ferrer o Joan Margarit. La actividad estaba enmarcada en el programa de la Sociedad Catalana de Estudios Clásicos.
La académica abordó la tradición de amor y desamor que abrió Catulo, la profunda huella de Virgilio en «toda la literatura universal que se ha escrito y se escribirá» y la influencia de Horacio en la poesía amorosa y la sátira desde la literatura medieval y renacentista hasta la moderna y contemporánea, en la que se centró en textos de evidente inspiración clásica de Rodoreda, Bertrana y otros autores catalanes del siglo XX. «Conocer la tradición es imprescindible para avanzar», afirmó Vilallonga, quien introdujo el concepto de la Imitatio, común ya en autores clásicos como Horacio; Quintiliano, que fija sus bases en su «Retórica», o el propio Virgilio, que se inspira en la Grecia clásica. «Si he tenido un objetivo en la vida, ha sido enseñar los clásicos latinos. He tratado de ser el eslabón resistente entre nuestro presente y la tradición, de Roma y de Grecia», reiteró, como en muchas de sus conferencias, la académica.
La Sociedad Catalana de Estudios Clásicos está adscrita a la Sección Filológica del Instituto de Estudios Catalanes y tiene por finalidad potenciar y difundir el conocimiento científico del mundo grecolatino, así como el fomento de estos estudios en Cataluña y el ámbito de la cultura y la lengua catalanas, así como la relación con científicos internacionales. La Sociedad organiza conferencias, mesas redondas y cursos, algunos de ellos reconocidos como formación permanente por el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña.
Tras su etapa como consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña entre marzo de 2019 y septiembre de 2020, un cargo por el que renunció a la vicepresidencia del Instituto de Estudios Catalanes, Mariàngela Vilallonga reemprendió su actividad docente hasta su jubilación el curso pasado. Desde mayo es, además, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana. En 2016 fue reconocida con la Creu de Sant Jordi, la máxima distinción que otorga la Generalitat, por sus investigaciones en literatura humanística latina de la Corona de Aragón. Recientemente, fue nombrada consejera del grupo editorial Grup62.