Ignacio Buqueras, presidente de la Fundación Adiprope para la Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España, presidente de honor de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, académico de número de la Real Academia de Doctores de España y académico emérito de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el discurso «El patrimonio mundial cultural, natural, e inmaterial de España», que pronunció en el IV Congreso Nacional de la Sociedad Civil, que se celebró el pasado 17 de octubre en la sede de la Fundación Cajasol en Sevilla bajo título «La España que lidera».
El patrimonio mundial cultural, natural, e inmaterial de España
Para mí es una satisfacción poder intervenir en este IV Congreso Nacional de la Sociedad Civil. He tenido la oportunidad de hacerlo en los tres anteriores. Para mí, el fortalecimiento de la sociedad civil siempre ha sido una de mis prioridades. Desde la presidencia de la Fundación Independiente promoví y organicé destacados actos, muchos de los cuales se vieron reflejados en la colección de «Cuadernos de Sociedad». Recientemente, la reedición por Ediciones Complutense de mi libro «Más sociedad, menos y mejor Estado», que tiene como subtítulo «Pasado, presente y futuro de la sociedad civil», está en esta línea. Formo parte de la directiva de la Asociación Nacional Sociedad Civil Ahora y del Comité Organizador del IV Congreso Nacional, ambos presididos por Aldo Olcese, indiscutible promotor y organizador de los congresos nacionales de la sociedad civil.
Para fortalecer la democracia, sistema de gobierno extremadamente débil y complejo, es indispensable desarrollar políticas democráticas que promuevan ciudadanías participativas en las áreas del poder. Solo su ejercicio enseña a ser demócrata, y sólo participando se es verdaderamente ciudadano. La democracia es el fruto de un largo aprendizaje. Considero que teniendo en cuenta la muy grave y preocupante situación política y social que estamos viviendo, la sociedad civil debe aunar esfuerzos, voluntades, superar personalismos, fortalecerse para intervenir con claridad, haciendo pedagogía y abriendo los ojos de la ciudadanía.
Efectuada mi breve exposición sobre la importancia de la sociedad civil y como es obvio de su IV Congreso Nacional les informo que en París, en el año 1972, los miembros de la Unesco aprobaron la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural y Natural para proteger el imparable deterioro de algunos de los monumentos emblemáticos mundiales, referentes de la cultura de los pueblos en el transcurso de la historia. La alarma del momento fue la construcción de la presa de Asuán, en Egipto, que amenazaba la destrucción de los pocos restos de la cultura Nubia. Una llamada de atención impactante fue el grave incendio de la catedral de Notre Dame en 2019, que en todos despertó una profunda preocupación que debemos traducir en una toma de medidas previsoras y una sensibilización de la población.
En 1999, en la etapa de Federico Mayor Zaragoza como director general de la Unesco, la protección cubrió el Patrimonio Mundial e Intangible de la Humanidad, que acoge, protege, y proyecta las tradiciones orales, las lenguas, la música, las costumbres, la medicina tradicional, la gastronomía… España, a pesar de ser uno de los primeros países en firmar, en el año 1953, la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, hasta 1984 no conseguimos incluir bienes en la lista oficial de la Unesco. El 2 de noviembre de 1984 España consiguió cinco primeras declaraciones: la mezquita-catedral de Córdoba, la Alhambra y el Generalife de Granada, la catedral de Burgos, el monasterio y sitio de San Lorenzo de El Escorial el Madrid, el Palacio Güell, el Park Güell y la Casa Milà en Barcelona, obras de Antoni Gaudí.
Este año con diferentes actos conmemoramos el cuadragésimo aniversario de nuestras primeras declaraciones por la Unesco. Estoy en contacto con las alcaldesas y alcaldes de las cinco ciudades, con los presidentes de las cuatro comunidades autónomas correspondientes, destacadas organizaciones de la sociedad civil… También hemos mantenido contactos para la celebración de un acto nacional con fuerte proyección internacional con la Casa Real, la Presidencia del Patrimonio Nacional, los ministros de Cultura, Educación y Turismo y la Unesco.
Actualmente, España es uno de los líderes mundiales en reconocimientos. Son 50 las declaraciones del Patrimonio Cultural y Natural, y 22 las declaraciones del Patrimonio Inmaterial. Esto hace un total de 72 declaraciones, lo cual nos da una idea del rico y variado patrimonio, tanto natural como cultural e inmaterial de España. Sin embargo, mayoritariamente, los españoles no son conocedores de nuestra riqueza, de su valor, de su importancia y trascendencia. Todos, desde niños, deberíamos recibir una pedagogía sobre nuestro patrimonio mundial. No hay comunidad autónoma que no tenga algún bien declarado. Expuesto lo dicho, comprenderán mi decisión de dar un paso al frente junto a destacadas personas para actuar en un sector necesitado de máxima atención, protección y colaboración.
En el año 2018 constituimos la Asociación para la Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España (Adiprope), que presido. Parte fundamental de nuestro patrimonio es nuestro idioma, el español, la segunda lengua materna más hablada en el mundo, con casi 600 millones de hispano parlantes. Asumimos las conclusiones del Homenaje Universal al Idioma Español (2013/2017), cuyo Comité Ejecutivo presidí. Este año hemos celebrado el décimo aniversario de su convocatoria y cuyo acto de clausura tuvo lugar en el Congreso de los Diputados (29/ VI/ 2015), y del que hemos publicado un libro importante y de gran tamaño con el citado título. El mismo lo he entregado a destacadas personalidades de cuatro continentes, entre ellas: el rey Felipe VI y el papa Francisco, primer papa hispanoparlante en más de 500 años.
En el año 2022 tomamos el acuerdo de convertir la asociación en la Fundación Adiprope para Difusión y Promoción del Patrimonio Mundial de España. Dentro de nuestros objetivos está: el realizar una intensa campaña de divulgación, mediante la publicación de libros y su proyección, la organización de exposiciones, la realización de viajes culturales y, sobre todo, la creación de cursos postgrados, la constitución de Amigos del Patrimonio Mundial, el Concurso Nacional Escolar de Dibujo y Redacción, del que este año celebramos la tercera convocatoria.
Hace dos años creamos la figura de embajador/a honorario/a del patrimonio mundial de España para distinguir a destacadas personalidades que desean colaborar activamente en la proyección de nuestro patrimonio mundial. Hasta el momento han recibido el título Rafael Ansón, Plácido Domingo, Valentín Fuster, el padre Ángel García, Federico Mayor Zaragoza, Carmen Posadas, Raphael, Mario Sandoval, Pedro Sandoval, Mario Vargas Llosa, la Academia de la Diplomacia del Reino de España e Iberia. En el ámbito de la fundación hemos constituimos el Consejo Asesor de Adiprope, que preside nuestro patrono Federico Mayor Zaragoza, que fue un excelente director general de la Unesco (1987/1999), y que ha escrito el prólogo del libro.
Deseo concluir esta presentación en la seguridad que nuestro trabajo está al servicio de nuestro patrimonio mundial, España y los españoles. Todos los españoles debemos estar orgullosos de él, y manifestarlo. No quiero terminar sin agradecer a las instituciones, fundaciones, empresas, profesionales y personas que nos están ayudando a sacar adelante este atractivo, intenso y necesario trabajo. Debemos aunar esfuerzos.