Oriol Amat
Rector de la Universidad Pompeu Fabra, decano del Colegio de Economistas de Cataluña, vicepresidente de la Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Entrevistas publicadas por los diarios «La Vanguardia» y «Ara» el 23 de abril y el 7 de mayo de 2021
Oriol Amat, rector de la Universidad Pompeu Fabra, decano del Colegio de Economistas de Cataluña y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), define el futuro de la universidad que dirige desde el pasado 6 de mayo en sendas entrevistas concedidas a los diarios «La Vanguardia» y «Ara» entre los pasados 23 de abril y 7 de mayo. La primera cuando aún no había sido proclamado rector, pero cuando ya era público que la suya era la única candidatura al rectorado. La segunda, sólo un día después de haber sido oficializado como nuevo rector de la Universidad Pompeu Fabra.
En «La Vanguardia», el aún formalmente candidato apuntaba hacia un mandato marcado por un cambio de modelo, tanto formativo como de gestión. En el plano docente, reduciendo las clases magistrales y apostando decididamente por los proyectos de investigación individuales y grupales, además de mantener la apuesta por el modelo de enseñanza híbrida que ha dejado consigo la pandemia; en el terreno de la gestión, potenciando la atracción del sector privado a la universidad pública.
«Necesitamos ir hacia el modelo nórdico: más sector público, más privado bien regulado, y más tercer sector. Le pongo un ejemplo. Cuando entré de decano en la Barcelona School of Management había una cátedra, ahora hay diez. Hay del sector público, como el Consorcio de la Zona Franca, y del privado, como Mercadona, gracias a la que estamos investigando la economía circular. Nosotros queremos mejorar el bienestar social, tenemos el conocimiento, eso se ha visto en la pandemia, pero tenemos que saber transferirlo. Vamos a pedir a los investigadores que busquen quienes le financien la mitad del coste de su proyecto. Sean entidades públicas o privadas. Nosotros conseguiremos financiación no sólo para completar lo que pide, sino para doblar el presupuesto. De esta manera lograremos que el inversor cuide que el proyecto se transfiera a la sociedad», señalaba en la entrevista.
Asimismo, Amat destacaba por trabajar en aras de una mayor eficiencia económica. «Quiero optimizar procesos, y empezaré por el rectorado. Mi idea es reducir los altos cargos de 35 a 25 pero, ojo, el vicerrectorado de investigación se multiplicará por tres (investigación, innovación y transferencia a la sociedad», afirmaba.
En la entrevista de «Ara», el académico se felicita por la línea de rigor académico y de gestión que ha tenido la universidad que ahora dirige desde su fundación. Un hecho clave, indica, para su posicionamiento internacional. A día de hoy, de hecho, está considerada como una de las 10 mejores universidades jóvenes del mundo según el prestigioso ranking de Times Higher Education pese a contar con una financiación muy inferior a la de sus competidores. Es una línea a la que Amat aún le ve mucho margen de desarrollo.
«El primer rector, Enric Argullol, sentó las bases de la universidad y en hizo el despliegue urbanístico. Y el último rector, Jaume Casals, ha hecho un despliegue muy estratégico, como el Mercat del Peix o el programa EDvolució, que es el modelo docente que pensamos que debería haber sido el Plan de Bolonia y que es muy parecido a incorporar el modelo anglosajón de Cambridge y Oxford en nuestro sistema educativo. Queremos implantar este modelo en dos años, que será una revolución a nivel docente: haremos menos clases magistrales y más sesiones en que el profesor hace de ‘coach’ o tutor. Un indicador que probará si lo hemos hecho bien es que en dos años venga mucha gente de todo el mundo a ver nuestro modelo docente», explica el nuevo rector.
«También debemos mejorar la transferencia de conocimiento a la sociedad. La Universidad Pompeu Fabra es una de las mejores universidades en investigación y, por tanto, a la hora de generar conocimiento. Una de cada 1.000 personas que viven en la Tierra, lo hace en Cataluña, y este 1 por 1.000 supone el 1% de la ciencia mundial. Es decir, desarrollamos 10 veces más la producción científica que nos correspondería. Pero cuando generas conocimiento tienes que transmitirlo a las aulas y transferirlo a la sociedad, y aquí es donde los datos no son buenas. Es por ello que hemos reducido los altos cargos de la universidad de 35 a 25, pero hemos multiplicado por tres el área de investigación, con vicerrectoras de innovación y de transmisión de conocimiento. Para transferir el conocimiento a la sociedad lo haremos con una línea editorial propia, como tienen en Yale, Harvard u Oxford, y nos relacionaremos más con el tejido social, con empresas, organismos públicos o cooperativas. Nuestra universidad está muy bien en producción científica, pero tenemos que acelerar la interacción con la sociedad», concluye.