Joaquín Callabed
Presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, de la Real Academia de Medicina de Catalunya y de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza y de la Real Academia de Medicina de Catalunya y académico de número y vicepresidente en funciones de la Sección de Ciencias de la Salud de la RAED, aborda la evolución de la humanidad al calor de los avances científicos y destaca la importancia fundamental de la ética profesional en su desarrollo en el artículo «¿Puede perdurar el humanismo en un mundo de superficialidad?», que presenta en la primera edición del proyecto Retos Vitales para una Nueva Era, impulsado por la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores junto a la RAED. La primera entrega de Retos Vitales vio la luz el pasado mes de abril en formato de libro con el objetivo de establecerse como un informe pluridisciplinar anual de referencia sobre la nueva realidad que surge tras la pandemia.
Para Callabed, en pleno siglo XXI, a la vista del desarrollo y los avances científicos que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad, es un buen momento para hacer una pausa y reflexionar sobre la esencia de la humanidad a través de un recorrido sobre el pensamiento filosófico de nuestra sociedad. «La ciencia debe respetar los valores y de ahí la importancia de la filosofía y las humanidades en las ciencias y el trabajo interdisciplinario. La bioética surge como el puente necesario entre la ciencia y los valores porque la ciencia explica lo exacto, pero no lo justo y humano», señala el académico en la presentación de su trabajo, que también ofrece, a tenor de los últimos retos de la investigación científica en el ámbito de la salud, una metodología de trabajo para abordar problemas bioéticos relacionados con la Covid-19.
Tras analizar las aportaciones del mundo clásico grecolatino en el ámbito de la filosofía y las ciencias y de recordar la importante y decisiva contribución del humanismo en la evolución del pensamiento y el desarrollo científico desde el Renacimiento, el académico recuerda cómo los preceptos médicos de aquella época señalaban que los galenos «no solo deben tener un conocimiento de la medicina, sino que también deben conocer la ética, ya que esta ciencia nos instruye con buenas enseñanzas morales». «El humanismo proponía, frente al canon eclesiástico en prosa, los ‘studia humanitatis’, una formación íntegra del hombre en todos los aspectos fundada en las fuentes clásicas grecolatinas, buscadas en las bibliotecas monásticas de todo el continente europeo», señala Callabed.
El académico prosigue con su sucinto pero completo análisis de la Ilustración, que supuso el despegue definitivo de la ciencia a la luz del positivismo y el gran desarrollo económico que supuso posteriormente la industrialización, para acabar en las dudas e inquietudes que, desde un humanismo reformulado, trajo consigo la modernidad y posmodernidad. Todo ello cristalizó en la bioética, que desde su formulación abraza desde el pensamiento a la ciencia. «La bioética es un puente entre la ciencia y los valores que acompañan a los hechos y consiste en la transferencia de la ética universal a todo lo concerniente a la salud. Es una visión del mundo en la que los avances científicos deben ir unidos a los valores morales y ambientales en su progreso evolutivo dirigido al bienestar de la comunidad humana», señala.
«La medicina no debe aportar únicamente analgésicos y tranquilizantes. Debe curar las heridas del cuerpo y las heridas del alma. No hay enfermedades, sino enfermos. Todo paciente es una persona irrepetible, que merece un tratamiento individualizado y personalizado. La política sanitaria no debería influir en el modo como se desarrolla el acto médico. El médico no es sólo el que se limita a diagnosticar, sino quien a veces cura y siempre cuida. Por eso curar con cuidado es quizá la última y originaria justificación de la actitud médica. La ética puede apoyarse en la ciencia si ha conseguido respetar los valores», concluye Callabed.
Retos Vitales para una Nueva Era ha iniciado su andadura con el compromiso de una cuarentena de científicos, entre ellos varios premios Nobel, exministros y exjefes de Estado, todos referentes en sus ámbitos de estudio, que aportarán sus propuestas para elaborar este completo y novedoso estudio. Una rigurosa guía de la denominada nueva realidad desde sus múltiples aristas.