Ernesto Kahan
Profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv, premio Albert Schweitzer y Premio Nobel de la Paz en representación de la Asociación Internacional de Médicos Contra la Guerra Nuclear, director de la Organización Mundial de Escritores y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Ernesto Kahan, premio Nobel de la Paz en representación de la Asociación Internacional de Médicos Contra la Guerra Nuclear, director de la Organización Mundial de Escritores y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La guerra entre Rusia y Ucrania. Toma de posición equivocada por algunas asociaciones de paz apoyando la invasión«, en el que reflexiona sobre la invasión rusa a Ucrania y la tragedia humana en la que esta acción violenta ha desembocado.

La guerra entre Rusia y Ucrania. Toma de posición equivocada por algunas asociaciones de paz apoyando la invasión

Ernesto Kahan

Dr. Ernesto Kahan

En general, los conflictos armados ente naciones generan la aparición de posiciones extremistas entre la gente, que exacerban los sentimientos de identidad y concordia, que contradicen los principios de respeto y tolerancia. Estos principios, no fáciles de ejercer, son indispensables para las asociaciones que promueven la armonía y convivencia entre los pueblos.

Cuando la estrategia es reemplazar los conflictos violentos por la solución política de los conflictos armados, que es la necesaria actitud en presencia de armas genocidas que hacen peligrar la continuación de la vida en el planeta, lo que se debe hacer es mantener la libertad de opinión y la tolerancia, para poder entender esos conflictos y encontrar la manera de contribuir hacia la negociación política para el alto el fuego y los acuerdos de paz.

A fines del siglo XIX y primer tercio del siglo XX, cuando no existían esas armas, en el campo del materialismo histórico (Karl Marx, Friedrich Engels, Rosa Luxemburgo…) se aceptaba la lógica de la revolución permanente como la garantía para el avance histórico de la sociedad, en esperanza de una sociedad sin clases opresoras. En ese entonces, las políticas del pacifismo estaban sostenidas por los evolucionistas pacíficos (socialistas utópicos, Henri de Saint-Simon, Jean Jaurès, Eduard Bernstein…).

Por otro lado, el capitalismo, en sus versiones liberal y violenta fascista, tiene como desventaja que suele centrarse en sus efectos más o menos incontrolables sobre el medio ambiente y su desigualdad de oportunidades sociales en un sistema centrado en el capital. Además, por su posición individualista extrema, con frecuencia se opone al interés colectivo y no se ocupa de la igualdad social, generando conflictos y guerras.

Todos esos conceptos fueron cambiando con la existencia de las armas nucleares y la aparición de cambios sindicales y contradicciones en las sociedades capitalistas por el creciente poder de las burocracias y corrupciones en el campo socialista. Al final de la Segunda Guerra Mundial y la experiencia de la incendiaria criminal y horrenda del nazismo, se generó una cierta coexistencia pacífica entre el capitalismo y el socialismo, que asumió la política de socialismo en un solo país, formulada por Yósif Stalin. Todo eso coincidió con la lógica aparición de organismos como Naciones Unidas, con sus entidades asociadas y los acuerdos de desarme entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Las ONG que promueven la tolerancia política, religiosa y étnica, y en consecuencia la armonía y la solución pacífica de los conflictos armados y el desarme nuclear, necesariamente deben optar por políticas de tolerar la libertad de palabra y de religiones o creencias que constituyen entidades que conforman identidades. Uno de los mejores ejemplos de ello son los artículos 1 y 2 de la Constitución de la Unesco:

  1. El propósito de la organización es contribuir a la paz y la seguridad, promoviendo la colaboración entre las naciones a través de la educación, la ciencia y la cultura, para promover el respeto universal a la justicia, al estado de derecho y a los derechos humanos y las libertades fundamentales que son afirmadas para los pueblos del mundo, sin distinción de raza, sexo, idioma o religión, por la Carta de las Naciones Unidas.
  2. Para realizar este propósito, la organización colabora en la labor de promover el conocimiento y entendimiento mutuo de los pueblos, a través de todos los medios de comunicación masiva y, a tal fin, recomienda los convenios internacionales que sean necesarios para promover la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y la imagen.

Ante el presente conflicto entre Rusia y Ucrania, ciertas organizaciones lamentablemente asumen posiciones en favor de una de las partes y, de esta manera, abandonan su misión constitutiva y se desautorizan como ente moderador y mediador pro paz y armonía.

La defensa colectiva de los estados miembros de la OTAN, que obliga a intervenir en el caso de que alguno de ellos se vea atacado por la otra parte, hace todo lo posible para generar una insoportable actitud agresiva después de que el primero de julio de 1991 se desintegrase el Pacto de Varsovia, creado el 14 de mayo del año 1955. En 1954, la Unión Soviética propuso su unión a la OTAN, con el objetivo de mantener la paz en Europa,​ pero los aliados rechazaron la propuesta.

Por otro lado, organizaciones como la Asociación Internacional de Médicos Contra la Guerra Nuclear, con gran inteligencia y respeto a sus principios, acaba de publicar una declaración conjunta de los médicos de esta organización en Rusia y Ucrania en la que hace un «llamamiento a las autoridades de las partes enfrentadas y a las autoridades de Estados Unidos para que hagan todo lo posible para acelerar negociaciones constructivas y efectivas para establecer la paz en Ucrania a fin de salvar las vidas de los pueblos ucraniano y ruso». Esto debe ser tomado de ejemplo, en especial cuando uno de los vicepresidentes de la entidad es un médico ruso.