La Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) acogió el pasado 16 de marzo la VIII Jornada de Estudio de la Fundación Casa de Misericordia de Barcelona, que en esta ocasión llevó por título «Covid-19 + botellón», abordando así una de las consecuencias que trajeron consigo las restricciones de la pandemia. La jornada, que se pudo seguir por streaming a través del canal de YouTube de la fundación, se dividió en una mesa sanitaria y otra educativa que contaron con la participación de destacados especialistas. La presentación corrió a cargo de Antoni Masriera, presidente de la Fundación Casa de Misericordia de Barcelona; Josep Maria Simon, vicepresidente y responsable del Comité Organizador de la jornada y académico numerario electo de la RAED, y Alicia Peressutti, defensora del Pueblo del municipio argentino de Vila María y presidenta de la ONG Vínculos en Red, que presentó la ponencia «La pandemia, los jóvenes y el aumento del tráfico de personas y de las adicciones».

Moderada por el periodista Daniel Arasa, la mesa sanitaria, que se celebró bajo el título «¿Quién cuida de la salud de nuestros adolescentes?», contó con la participación de Francesc Xavier Buqueras, académico de la Real Academia de Medicina de Cataluña y psiquiatra especialista en Alcohología; Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, también académico de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la RAED; Beatriz Badenas, psicóloga, y Daniel Cruz Martínez, psicólogo y profesor de Universidad de Barcelona.

La mesa educativa llevó como título «Cómo promover modelos alternativos de ocio», estuvo moderada por el periodista Salvador Aragonés y contó con la presencia de Anna Plans, presidenta de la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales de Cataluña y activista por los derechos del menor; Gisela Pruna, miembro de la Asociación Española de Coaching y de la Asociación Xaragall; Jesús María Ruiz, vicepresidente de la Fundación Abat Oliba y gerente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cataluña, y los representantes del Área Técnica de Proximidad y Atención al Ciudadano de los Mossos d’Esquadra Anna Hernández y Xavier Ibars. La clausura correspondió a Josep Moya Ollé, psiquiatra y académico correspondiente electo de la Real Academia Europea de Doctores.

Los participantes destacaron la incidencia del consumo de alcohol durante la pandemia, según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. «La crisis económica, la Covid-19 y ahora la guerra están dejando un fuerte impacto en una generación que busca expectativas de futuro, referentes morales y calidad en los contactos y las relaciones sociales», certificó Masriera en su presentación.

«La Covid-19 ha sido un fenómeno biológico, un hecho excepcional en la historia de la humanidad que tiene aspectos sociales y psicológicos y que ha desencadenado patologías que ya existían, pero que estaban enmascaradas, como el alcoholismo juvenil», señaló Buqueras. «Es importante que los padres no dimitan de su papel educador, que no se rindan. El adolescente no encontrará estabilidad si no existe en la familia», añadió Cruz Martínez. Para Callabed, «debemos intentar que nuestros adolescentes sean personas, que ocupen un puesto en la sociedad».

Plans denunció que «los medios incitan al consumo de alcohol entre los adolescentes», algo que urge evitar. Pruna llevó la reflexión al entorno familiar y apuntó al concepto de ocio como una gran oportunidad para conocerse. Ruiz, por su parte, señaló que los jóvenes «imitan lo que ven en casa con toda la explosividad de esa franja de la vida, por eso no se trata de prohibir, sino de tener en cuenta qué les proponemos». Moya concluyó apuntando a la estigmatización de los jóvenes, pero también a la necesidad de inculcar desde todos los ámbitos el respeto a los demás como una de las claves para controlar y reducir las prácticas actuales.