El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre el pasado y el presente de México en los artículos «México entre guerra y guerra», «Hernán Cortés: imagen de un gigante de la historia» e «Hispanidad e indigenismo versus falso indigenismo», publicados en el portal El Siglo de Torreón entre los pasados 12 y 28 de octubre. Para Sada, el actual Gobierno mexicano, como otros tantos de la región, reescriben la historia e interpretan el mundo de acuerdo a unos intereses propios que poco tienen que ver con el rigor o la diplomacia.
En «México entre guerra y guerra», el autor refiere la reacción del Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador y del propio presidente al conflicto que se vive en Gaza, que contrasta con la normalización de las agresiones y matanzas vinculadas al narcotráfico en México y con lo que considera la fría reacción al secuestro de dos ciudadanos mexicanos por parte de Hamas. «A diferencia de sus habituales evasivas o bromas con las que suele reírse de las masacres en nuestro país por parte del crimen organizado en contra de la población civil, la postura pacifista que pretende vender el presidente de México debería por lo menos en este caso quedar demarcada y definida con claridad y firmeza no solo frente a nuestros nacionales, sino también ante la comunidad internacional, debido a que la vida de dos mexicanos secuestrados por esta organización terrorista lo exige en este punto: si no por humanidad y por justicia, al menos por vergüenza y lo menos de dignidad que pudiera rescatarse ante los ojos del mundo en este caso», argumenta el experto.
Por otra parte, en «Hernán Cortés: imagen de un gigante de la historia», Sada considera que si la preservación de la cultura de territorios conquistados es algo que siempre se ha valorado, entre otros, en Alejandro Magno o Julio César, nunca se ha hecho en México ni, por extensión, en Latinoamérica, en Hernán Cortés, quien a su entender no sólo preservó la cultura, sino la sociedad. «Denostado por la historiografía oficial en México y otras partes del mundo debido a los mitos propagandistas de la leyenda negra, Hernán Cortés es, no obstante, una de las figuras más admirables a las que cualquier posible controversia en torno suyo, terminará palideciendo o desvaneciéndose una vez que se le aborda a la luz de la ciencia histórica», afirma.
Finalmente, en «Hispanidad e indigenismo versus falso indigenismo», el historiador analiza el concepto del indigenismo, intrínseco a la mezcla de etnias y culturas que se dio tras la entrada en contacto de europeos y americanos. «De este intercambio y valoración encontraremos testimonio en la enorme riqueza de lo que sería el Siglo de Oro -en realidad más de dos siglos- de las letras y el pensamiento españoles, al igual que en la belleza recargada y salomónica del barroco, palpable a la luz de los sentidos en palacios, templos, plazas, universidades e instituciones donde la rusticidad de la cantera y la roca brindan un deleite que es capaz de tocar el alma de quien lo contempla a partir del tacto y la vista. Todo esto, sin embargo, ha pasado de largo o ha sido deliberadamente silenciado y oculto de manera reciente por parte de regímenes y sistemas políticos populistas que, tras la caída del muro de Berlín, desde lo más rancio del marxismo, sustituyeron el maniqueísmo del odio de clases por el odio entre sexos, el odio entre culturas y, sobre todo, el odio hacia la ciencia y el pasado», concluye.