Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), invita a la comunidad académica a realizar un recorrido erudito por la historia del pensamiento y la medicina en los artículos «John Stuart Mill, el feminista utilitarista», «La pedagogía útil de Rousseau y Pestalozzi», «Los filósofos médicos en el mundo árabe», «El papel del padre en el éxito de Ramón y Cajal» y «Un mundo feliz, ¿sigue siendo una utopía?», publicados entre los pasados meses de septiembre y octubre en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «John Stuart Mill, el feminista utilitarista», el académico recupera la figura del filósofo, político y economista británico del siglo XIX John Stuart Mill, quien influido por las tesis de su esposa, Harriet Taylor, sentó las bases de una sociedad igualitaria no limitándose a condenar la injusticia sufrida por las mujeres, sino a establecer un nuevo modelo. «Dio a la imprenta en 1869 una apasionada defensa de la dignidad de las mujeres. En aquella época hablar de sus derechos era una provocación. El derecho a la instrucción, a participar con el voto en la vida política, el derecho a ejercer una profesión eran amenazas para el derecho de los hombres. Mill se pregunta cómo ha sido posible establecer que por el hecho del nacimiento las mujeres no pueden llegar a ser capaces de desempeñar los cargos legalmente accesibles a los hombres. Hasta su irrupción sólo había antecedentes en Platón y Epicuro en el tema de los derechos de la mujer», explica.
Por su parte, en «La pedagogía útil de Rousseau y Pestalozzi», el presidente del Club de Pediatría Social aborda las tesis relacionadas con la educación de Jean-Jacques Rousseau y Johann Heinrich Pestalozzi, que vivieron entre los siglos XVIII y XIX, asegurando que sus enseñanzas pueden ayudar en la actualidad a reflexionar y buscar soluciones al fracaso escolar que se da en nuestros días. «Ante una evaluación negativa indica que son necesarios caminos nuevos para soluciones nuevas. Reconocer los errores, como método de trabajo, es un buen logro y la humildad es virtud evangélica. Por supuesto que en temas educativos hay tres factores: escuela, familia y alumno. Tres ruedas que deben girar sincrónicamente. Esta metodología es universalmente admitida en muchos ámbitos de trabajo», considera el experto.
Callabed incide en la importancia de la herencia árabe en la cultura occidental en «Los filósofos médicos en el mundo árabe», donde recuerda cómo estas destacadas figuras de la alta Edad Media transmitieron y superaron las matemáticas de Euclides, la astronomía de Ptolomeo, la medicina de Galeno y hasta la filosofía de Aristóteles, dejando una fecunda huella en el medievo que se heredaría en el Renacimiento. «Se puede afirmar que el auténtico período de la cultura árabe se inicia cuando Harún Ar-Raschid (siglo VIII), quien ordena y estimula la traducción de los textos de los filósofos y científicos griegos. A nivel sanitario, en medicina y farmacia, los árabes crearon un cuerpo disciplinado de preparadores de medicamentos e inician la publicación de libros que pueden considerarse como básicos y antecesores de los que después se llamarán farmacopeas», explica.
Por otra parte, en «El papel del padre en el éxito de Ramón y Cajal» el experto retoma uno de los temas que más le han ocupado en sus investigaciones: la figura y la obra del Nobel español de medicina. «El perfil de Justo Ramón es el del tesón aragonés, muy diferente de la tozudez. De analfabeto a doctor y profesor de anatomía. Un hombre resiliente. A fuerza de tesón consiguió vivir y educarse», señala sobre el padre de Santiago Ramón y Cajal, de quien asegura que empeñó un enorme papel en la vida de su hijo.
Finalmente, en «Un mundo feliz, ¿sigue siendo una utopía?», el académico se dedica a la figura del filósofo británico Aldous Huxley, a quien se le considera uno de los más claves representantes del pensamiento moderno. «La novela ‘Un mundo feliz’ (1932) anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia, manejo de las emociones por medio de drogas (soma) que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad. Describe un mundo futurista, utópico, altamente regulado y tecnológico. Arranca con la visita por parte de un grupo de estudiantes al Centro de Incubación y Condicionamiento de Londres. Allí, el director de la fábrica explica a los jóvenes cómo se divide a la población, ya desde su incubación. Así, según su condición genética, previamente alterada, la sociedad se divide desde los Alpha hasta los Epsilon, de mayor a menor inteligencia», explica.