Rafael Urrialde, profesor del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU-San Pablo, presidente de la Comisión Científica de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición, miembro del Patronato de la Fundación Española de Nutrición, académico de honor de la Academia Española de Nutrición y Dietética y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), incide en la importancia del etiquetado de alimentos y bebidas, así como en su regulación en la Unión Europea, en el artículo «Etiquetado en productos alimenticios», que firma junto al docente e investigador de la Universidad Complutense Raúl Molero. El trabajo se publicó en el número 138 de la revista especializada «IMFarmacias», correspondiente al pasado octubre, y complementa la conferencia «Etiquetado, publicidad y presentación de la información alimentaria», que ofreció en 28 de septiembre en el último de los «Encuentros de Salud y Nutrición» organizados por la Fundación Caja Rural de Segovia y la Fundación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud.
«Probablemente, en la Unión Europea, hasta la aprobación del Reglamento 1169/2011 sobre información alimentaria facilitada al consumidor, los conceptos de etiquetado, presentación y publicidad de los alimentos y bebidas suponían una valoración e interpretación diferente a la que hoy se conceptúa de forma genérica y global. Es por lo que, desde 2011, toda comunicación comercial, realizada a través del medio o soporte que se lleve a cabo, se va a considerar información con carácter comercial dirigida al consumidor, no conceptuando como tal, y así se considera en algunos considerandos de algunos reglamentos, la comunicación no comercial que sería la realizada a través de notas de prensa, publicaciones científicas o de las recomendaciones desde la prescripción médica, farmacéutica, enfermería, dietética y nutrición. Por tanto, el etiquetado de productos alimenticios, englobando a todos los alimentos y bebidas envasadas, si es analizado y evaluado como información alimentaria facilitada al consumidor, llevado a cabo por la industria alimentaria de la producción, la transformación, la distribución y la restauración de alimentos y bebidas, debe facilitar a los consumidores toda la información necesaria para ayudarles a tomar decisiones informadas sobre sus elecciones en la adquisición, conservación, preparación y consumo de alimentos y bebidas», inician los expertos su argumentación.
Para Urrialde y Molero, esta información es esencial para garantizar los derechos y defensa del consumidor en la Unión Europea y engloba a todos los productos alimenticios y debe ser clara y fácil de comprender para el consumidor, sin atribuir a ningún alimento propiedades de prevenir, tratar o curar ninguna enfermedad humana. En cuanto a su contenido, debe incluir la denominación del alimento, todos sus ingredientes o coadyuvantes tecnológicos, la cantidad neta del alimento, la fecha de duración mínima o la fecha de caducidad, las condiciones especiales de conservación y las condiciones de utilización, el nombre o la razón social y la dirección de la empresa alimentaria que lo comercializa y asume la responsabilidad de su calidad y cumplimiento de las normas de consumo, el país de origen o lugar de procedencia, el modo de empleo en caso necesario, la información nutricional y, respecto a las bebidas que tengan más de un 1,2 % en volumen de alcohol, su graduación.
«Hay otros aspectos en los que el etiquetado juega también un papel muy importante como son la educación alimentaria, los consejos dietéticos o nutricionales, las recetas de preparación culinaria, la sostenibilidad, teniendo en cuenta en el valor diferencial si se recoge solo lo referido la ambiental o si también se tiene en cuenta la sostenibilidad económica y la sostenibilidad social. El etiquetado es el elemento crucial para la formación del consumidor y ha de tener el mayor número de datos y conceptos, así como de valores, para poder realizar una compra informada; así como tener otros aspectos y parámetros en cuenta para establecer sus propios conceptos o ratios de relación calidad (cuantos más parámetros mejor) con el precio», concluyen los expertos.
Reconocido experto en la regulación alimentaria, Urrialde es autor y coautor de publicaciones científicas relacionadas con la educación nutricional. Fue jefe de Salud y Seguridad Alimentaria en Puleva Food, director del Área de Sanidad y Alimentación en la Unión de Consumidores de España, coordinador técnico de la revista «Ciudadano», director de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia, técnico de análisis del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y colaborador de la Cátedra de Fisiología Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid.