Teresa Freixes, catedrática Jean Monnet ad personam, presidenta de la organización internacional Citizens pro Europe y académica de número y vicepresidenta de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), aborda la situación de la democracia en España y el incumplimiento de sus compromisos internacionales en los artículos «Constitución semántica y relato placentero», publicado el pasado 28 de marzo en el portal Artículo 14, y «El rearme», publicado por el diario digital The Objective el pasado 3 de abril.

En «Constitución semántica y relato placentero», la experta se realiza un sinfín de preguntas sobre la situación política e institucional española, que a su criterio bordea los márgenes del Estado de derecho. «¿Cuándo se ha podido iniciar, y consolidar, esa inmensa confusión en torno al concepto de democracia, igualdad, seguridad o defensa, por poner unos ejemplos? ¿Cómo ha podido cambiar la ética pública para que sea posible afirmar sin ningún pudor que blanquear el terrorismo en las instituciones, ensalzando a los antiguos miembros de ETA, constituye un ejemplo de integración en democracia? ¿Desde qué momento se legitima un partido político cuya fórmula básica para alcanzar y mantenerse en el poder consiste en ir devaluando sus postulados originarios por ver en qué punto se los compran? ¿Desde qué teoría política se puede afirmar sin zozobra que el mandato democrático justifica el desprecio a la ley? ¿Cómo ha sido posible lograr que millones de personas consideren que tengamos que tolerar, como si ello fuera lo normal en democracia, incitaciones al odio, populistas tergiversaciones retorcidas o varas de medir a conveniencia de según quién? ¿En qué forma se ha conseguido que parte de la población de Cataluña crea que se puede ‘desconectar’ de España?», se cuestiona.

Una situación, señala, a la que se ha llegado de forma subrepticia, que Freixes compara con la del auge de los nacionalismos que llevaron a Europa a la Segunda Guerra Mundial. «Una minoría bien organizada, situada en puestos estratégicos, puede llevarse el gato al agua sin que el resto se decida a pestañear. Se pudo apreciar claramente durante el ascenso de los totalitarismos en el período de entreguerras del pasado siglo. El Estado total de Carl Schmitt, dirigido, como bien evidenció Hannah Arendt, a lograr la hegemonía mundial, utilizó todos los recovecos del sistema para hacerlo suyo», concluye confiando la esperanza de la democracia española a la justicia y a Europa.

Por su parte, en «El rearme», la vicepresidenta de la RAED denuncia los engaños que trata de llevar a cabo el Gobierno de España para hacer pasar por gastos de Defensa lo que no lo son en un nuevo ejercicio de equilibrios entre sus socios. «Es necesario ser claros al respecto, sin pretender disfrazar como gastos de defensa los propios de políticas ambientales o sociales, como se ha estado haciendo en comparecencias públicas o parlamentarias de nuestros gobernantes, pretendiendo un relato pseudopacifista que no convence a nadie con un mínimo de información. De todas maneras, esto no debe extrañarnos viniendo, como viene, de altos cargos políticos y/o jurisdiccionales que parece que no saben qué es la presunción de inocencia o que pretenden que los jueces españoles no puedan plantear cuestiones prejudiciales al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, temiendo poder ser desautorizados en las instancias europeas», considera la experta jurista.

Teresa Freixes

Dra. Teresa Freixes

«Veremos cómo, en España, del mismo modo que ha sucedido en otros ámbitos, una riada de cuestionables decretos y ampliaciones de crédito, pretenderán asimilar lo que sea a gastos de Defensa, intentando hacer creíble un más que discutible cumplimiento de las obligaciones europeas, porque oponerse directamente a la Unión Europea es cosa harto difícil y, sobre todo, poco operativa económicamente hablando. De manera que, incluso, para terminar de rizar el rizo, los ‘creadores de opinión’ oficiales nos abrumarán con un relato de acusaciones de insolidaridad por parte de la oposición en un asunto ‘de Estado’, como es la defensa de España y Europa, reclamando un pacto que desde el Gobierno solo parecen concebir, por lo que se va filtrando a los medios de comunicación, como acuerdo ‘de adhesión’; lo cual, como los contratos de tal guisa, no tiene más valor jurídico que el que le quieran dar los concernidos por el mismo, ya que son jurídicamente inadmisibles y los tribunales los tienen por no existentes cuando se impugnan. Los pactos ‘de Estado’, señores, no se logran con triquiñuelas de salón: se fraguan conjuntamente, se acuerdan conjuntamente y se hacen públicos conjuntamente. Los que afecten al ReaArm también», concluye.