Mateo Valero
Director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y académico de honor electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Reportaje publicado por el diario «El Mundo» el 9 de enero de 2022
Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación y académico de honor electo de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona en un amplio reportaje publicado por el diario «El Mundo» en su edición del pasado 9 de enero sobre los retos que afronta la supercomputación en un contexto de recuperación económica como el que deja la pandemia, que además ha puesto de manifiesto muchas de las carencias de las actuales estructuras políticas, económicas y sociales, para las que los superordenadores también tienen una respuesta. Ámbitos como la salud, la transición energética y la crisis climática están llamados a evolucionar con el apoyo de la simulación informática.
«Estamos promocionando que Europa pueda desarrollar supercomputadores con hardware europeo. Es el único camino que tenemos si queremos ser independientes en el ámbito de la supercomputación», señala Valero adentrándose en lo que ya nadie duda que es un sector estratégico y fundamental para el desarrollo presente y futuro. El académico explica que en el mundo solo la taiwanesa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company y la coreana Samsung tienen hoy en día capacidad para fabricarlos y recuerda que, así como Europa ha sabido poner en marcha iniciativas tecnológicas e industriales conjuntas como Airbus o Galileo, debe ser capaz de conseguirlo también en el ámbito de la supercomputación, porque montar una fábrica de chips tiene un coste estimado de unos 20.000 millones de euros, algo no inasequible para un solo país.
Sobre la crisis climática, el académico destaca el papel de la supercomputación en el análisis del cambio climático o el estudio de la calidad del aire en las grandes ciudades, una investigación basada en el Big Data que consiste en introducir gran cantidad de datos para que con su capacidad de cálculo y la inteligencia artificial la supercomputación realice predicciones o un modelo global del clima. Para Valero, esta modelización permite conocer lo que pasó en el pasado en situaciones similares como alguna actual y representa una ayuda fundamental para estudiar la variación de la temperatura del planeta, así como para la prevención de fenómenos naturales catastróficos, para minimizar daños humanos y materiales.
En el ámbito de las ciencias de la vida, el director del Barcelona Supercomputing Center señala que el reto es el avance en la denominada medicina a la carta, donde la supercomputación también puede jugar un papel clave. «Tenemos que crear un gemelo digital, un avatar, que nos represente de manera individualizada en el ordenador para que los médicos puedan ayudarnos a prevenir y tratar enfermedades, ver la incidencia de los fármacos en cada uno, analizar reacciones distintas ante los mismos estímulos…», explica.
Por último, Valero se refiere al desarrollo de MarIA, el primer sistema de inteligencia artificial capaz de comprender y escribir en español con el propósito de protegerlo y desarrollarlo frente al predominio del inglés. Basado en los datos, la potencia de cálculo y la inteligencia artificial, el sistema ha usado 59 terabytes de información de los archivos de la Biblioteca Nacional y puede emplearse en predictores y correctores lingüísticos, chatbots, aplicaciones de resumen automático, búsquedas inteligentes, aplicaciones para el análisis de sentimientos o motores de traducción y subtitulación automática, explica. Cualquier entidad, pública o privada, puede utilizar este sistema sin coste.