Ernesto Kahan
Profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv, premio Albert Schweitzer y Premio Nobel de la Paz en representación de la Asociación Internacional de Médicos Contra la Guerra Nuclear, director de la Organización Mundial de Escritores y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Ernesto Kahan, premio Nobel de la Paz en representación de la Asociación Internacional de Médicos Contra la Guerra Nuclear, director de la Organización Mundial de Escritores y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica la reflexión «Estado actual y estrategias para la pandemia», escrita a raíz de las dudas que han surgido ante el avance de la variante Ómicron y los cambios de criterio sobre la vacunación.

Estado actual y estrategias para la pandemia

Queridos amigos:

Ernesto Kahan

Dr. Ernesto Kahan

En primer lugar y debido a la enorme cantidad que tengo de consultas de gente preocupada y quejosa, que siente confusión, y en virtud de mi condición de médico epidemiólogo en Israel, quiero aclarar algunos conceptos relativos al estado actual de la pandemia de la Covid.

En esta etapa de la pandemia, la cepa dominante es Ómicron, que prácticamente eliminó a todas las anteriores, entre ellas Alfa y Delta, que eran las más difundidas. De la Delta todavía hay enfermos, muchos de ellos graves e internados.

La variante Ómicron es la más contagiosa, en tiempo y cantidad, tanto que es casi imposible controlarla. Esa es causa por la que los responsables sanitarios de todo el mundo se rinden y están abandonando prácticamente todos los diagnósticos, controles y registros.

Por otro lado, y por fortuna, esta es la menos grave desde el punto de vista clínico. Cosa que es muy buena, ya que sumado a la existencia de efectivas vacunas que evitan muchos contagios, signos y síntomas graves -además de la muerte-, y efectivos tratamientos -lamentablemente solo al inicio de la enfermedad-, es posible evitar medidas dramáticas en la comunidad y esperar que rápidamente se vayan reduciendo las personas vulnerables. Asimismo, la rapidez del proceso podría no dar tiempo a que el virus mute y cree nuevas cepas más virulentas.

No soy un vidente y, por lo tanto, no puedo decir lo que ocurrirá en los próximos días, pero soy optimista y creo que muy pronto se iniciará un violento descenso de la pandemia y se reiniciará un regreso a la vida «normal».

En mi condición de afiliado a la libertad y todos los derechos humanos, entre los que sobresale la paz, debo velar por evitar la violencia y desigualdad frente a la educación, salud y trabajo, y preservar la protección de la naturaleza; espero que se intensifique la acción social en este sentido. No olvidemos los planes de las fuerzas contrarias, que actúan muy fuertemente en el mundo.