La Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) y la Fundación Pro Real Academia de Doctores han publicado el Cuaderno de Bitácora de la Expedición Científica a las Islas Galápagos que han desarrollado junto a la Fundación para el Desarrollo de América Latina, la Fundación Quo Artis, My Planet First y la Universidad de San Francisco de Quito. El viaje se ha llevado a cabo a bordo del barco National Geographic Endeavour II de Lindblad Expeditions y ha conseguido reunir en una misma misión a académicos y personalidades de reconocido prestigio en el ámbito de las ciencias y las artes. La expedición ha contado con el patrocinio de Agrupació, firma pionera del mutualismo actual, y de la tecnológica Huawei.
La publicación recoge los detalles del viaje, día a día, reflejando la sorpresa y emoción del descubrimiento de una realidad sobradamente conocida por referencias de todo tipo, pero aún no vivida en primera persona. Desde el inicio de la expedición y la llegada a Ecuador hasta el viaje a bordo del barco y la arribada a cada una de las islas del archipiélago. «La sensación de que parecía que había entrado en otro mundo, como dijo Charles Darwin en 1835, fue lo mismo que sintieron los expedicionarios de la RAED cuando pisaron por primera vez la isla de Seymour Norte. Los guías comentaron que se tuviera cuidado con no pisar las iguanas ante el asombro de todos… y era cierto. En dos kilómetros de travesía se vieron a menos de un metro de distancia piqueros de pata azul, fragatas, leones marinos, iguanas amarillas… cientos de animales que no temían al hombre y que nos hacían pensar sobre qué es lo que hemos hecho en otros continentes para que nos tengan tanto miedo», señala la narración de una de esas primeras incursiones en las islas.
El Cuaderno de Bitácora ofrece también detalles de los debates y sesiones científicas que se llevaron a cabo durante la navegación, y del interesante debate entre ciencia y arte que se pudo realizar gracias a la presencia de reconocidos expertos en la conservación animal y biólogos y de los artistas de diversos ámbitos y nacionalidades invitados por Quo Artis. Entre estas sesiones destacó el «Diálogo con premios Nobel sobre ciencia», en el que participaron los académicos de honor Erwin Neher, premio Nobel de Medicina de 1991; Aaron Ciechanover, premio Nobel de Química de 2004; Richard Roberts, premio Nobel de Medicina de 1993, y Richard Schrock, premio Nobel de Química de 2005.
Esta crónica de la expedición ofrece también una entrevista con Miquel Ventura, director de proyectos de la Fundación, que apunta los acuerdos alcanzados con el Gobierno de Ecuador para el desarrollo de proyectos medioambientales en las Islas Galápagos, de forma que la Expedición Científica no se quede en una enriquecedora actividad académica, sino que sea el inicio de una fructífera relación de la Real Academia y su Fundación en su clara vocación internacional de servicio. De la misma forma, el Cuaderno ofrece los detalles de la visita de los expedicionarios a la Fundación Charles Darwin y conferencia que allí se realizó sobre tortugas marinas.
Por último, el completo repaso de la Expedición Científica se completa con el «Manifiesto de las Galápagos» firmado por los asistentes, y que la RAED ha empezado a difundir para recoger todo tipo de apoyos, desde los de las más prestigiosas instituciones científicas y políticas, como Naciones Unidas, a los de carácter popular. Un texto que, como señaló José Ramón Calvo, académico de número y director del Instituto de Relaciones Institucionales de la RAED, consagra el nacimiento del Homo galapaguensis.
«Ya que fue aquí, en estas islas encantadas, donde Darwin se inspiró, es desde donde lanzamos este manifiesto para pedir al mundo que sea capaz de dar, figurativamente, un salto evolutivo y pasar del Homo sapiens, que vistos los problemas que provocamos en el planeta, cada vez lo somos menos, a convertirnos en Homo galapaguensis, término que representaría una convivencia respetuosa y armónica entre el ser humano y el medio natural, y necesitamos que este sea un nuevo proceso de nuestra evolución como especie para recuperar una sociedad más sostenible, más respetuosa con el medio ambiente, más consciente de los riesgos que corremos ante el calentamiento global y la consiguiente crisis climática, ante la sobreexplotación de los mares, la pesca ilegal o la superpoblación. Es fundamental pasar del antropocentrismo al biocentrismo para actuar desde el respeto al resto de especies. Se lo debemos al planeta y a las generaciones futuras», señaló Calvo.