Maria Àngels Calvo
Catedrática de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona; Académica de número de la Real Academia de Medicina de Cataluña, de la Real Academia de Farmacia de Cataluña, de la Academia de Ciencias Veterinarias de Cataluña, de la Real Academia de Doctores de España y de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED).

En nuestra situación actual, el aislamiento social o confinamiento y la cuarentena de los enfermos leves y de las personas que han estado en contacto con ellos son las mejores medidas para evitar o retrasar la transmisión del virus a nivel comunitario.

Desde el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza (BIFI), organismo que en estos momentos estudia cómo va a evolucionar la enfermedad en España con el fin de que el sistema sanitario pueda adelantarse a la enfermedad y no se colapse, aplicando modelos matemáticos, se indica que el tiempo es la clave de toda esta emergencia. «Las cuarentenas y el confinamiento retrasan la aparición del pico de la enfermedad, lo que es muy importante porque nos permitirá adaptar el sistema sanitario a un flujo contagioso dos veces más rápido que la gripe y diez veces más letal».

Su investigación está centrada en predecir la evolución de la pandemia para evitar que el sistema sanitario se colapse. Las medidas de confinamiento, el cierre de colegios, universidades y trabajos que limitan al máximo la exposición es la mejor herramienta para lograrlo.

La casuística por SARS-CoV-2 muestra un incremento muy lento, aunque de repente entra en una fase exponencial y el número de casos crece de forma explosiva. Es decir, dos casos se convierten en cuatro, cuatro en ocho y así sucesivamente. Eso es lo que está pasando aquí en nuestro país y por ello, la intervención es muy importante y de ello depende la evolución del proceso.

La movilidad no servirá para contener el efecto del coronavirus porque su avance a nuevas zonas es inevitable, pero sin duda permite que se ralentice el número de personas infectadas en un tiempo concreto y esta ralentización permitirá que el sistema sanitario no se vea colapsado, como se está previendo y que en algunas ciudades es ya desgraciadamente una realidad.

gráfico curva infección por coronavirus

Fuente: Ignacio López Goñi, 2020

Si observamos la gráfica publicada por Ignacio López-Goñi, podemos destacar que los efectos derivados del confinamiento no se manifiestan de forma inmediata. Según expertos, se manifiesta tras unos 15 días iniciado el mismo, y a partir de ese momento se puede apreciar una ralentización en la incidencia de la enfermedad. La curva se manifiesta con una zona de aplanamiento notable, pero, por contra, se alarga en el tiempo.

Los resultados, obtenidos en China demuestran que la cuarentena, el distanciamiento social y el aislamiento de las poblaciones infectadas pueden contener la epidemia.

Según Roy M. Anderson («The Lancet»), en el peor de los escenarios, el 60% de la población se puede infectar. El distanciamiento social por parte de individuos y comunidades tienen un gran impacto y los esfuerzos de mitigación reducen en gran medida la transmisión. La velocidad de propagación inicial de la epidemia, su tiempo de duplicación o el tiempo promedio que tarda una persona infectada en transmitir la infección a otros y la duración probable de la epidemia están determinados por factores como son el tiempo transcurrido desde la infección hasta que una persona es infecciosa para otros y la duración media de la infecciosidad. Como ejemplo comparativo, podemos indicar que en la pandemia de influenza A H1N1 de 2009 (virus de la gripe), en la mayoría de las personas infectadas se observa un día más o menos de infecciosidad y unos pocos días de infecciosidad máxima para otros. Por el contrario, para el coronavirus actual el intervalo de días de infectividad se estima en 4, 4-7,5 días, más similar al virus SARS, más tradicional.

Un tema clave para los epidemiólogos es ayudar a los encargados de formular políticas a decidir los objetivos principales de la mitigación, por ejemplo minimizar la morbilidad y la mortalidad asociada, evitar un pico epidémico que sobrepase los servicios de atención médica, mantener los efectos en la economía dentro de niveles manejables y aplanar la curva epidémica, esperar el desarrollo y la fabricación de vacunas a gran escala y terapias con medicamentos antivirales.

El negativo impacto económico potencial, del autoaislamiento o la cuarentena obligatoria con gran probabilidad será muy grave y de difícil solución posterior.

El desarrollo de la vacuna está en marcha, se han iniciado ya ensayos en fase 3. Este proceso llevará tiempo y es probable que estemos a una distancia de un año a 18 meses de una producción sustancial de vacunas.

En Reino Unido, el Gobierno de Boris Johnson inicialmente intentó mantener un equilibrio para evitar una debacle económica, pero en estos momentos ya ha adoptado medidas restrictivas después de que el Ejecutivo optara por tratar de «retrasar», en lugar de contener la expansión del coronavirus, estrategia que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuestionó duramente. Londres ha adoptado ya medidas como el cierre de colegios y limitar los movimientos y aconseja a los ciudadanos que presenten síntomas incluso de resfriado que se queden en sus hogares.

Angela Merkel, canciller de Alemania, ha afirmado que la solución a la crisis sanitaria no debe ser exclusivamente nacional, sino que los gobiernos europeos se deben coordinar para combatirlo: «Estamos convencidos de que sólo lo lograremos superar si mantenemos la cohesión europea».

Las características epidemiológicas conocidas apuntan a prioridades urgentes. Acortar el tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el aislamiento es vital, ya que reduce la transmisión y es probable que colabore en disminuir la epidemia. Sin embargo, también se necesitan estrategias para reducir la transmisión en el hogar, apoyar el tratamiento y el diagnóstico en el hogar y evaluar y minimizar los efectos negativos sobre la economía, consecuencia directa de la disminución de actividad en empresas y comercios.

Los gobiernos deben abordar decisiones difíciles, con consecuencias sobre la economía, pero en este momento debe primar la salud. La forma en que las personas responden a los consejos sobre la mejor manera de prevenir la transmisión es tan importante como las acciones gubernamentales. Debemos recordar que el comportamiento individual es crucial para controlar la propagación del coronavirus.

Las estrategias de comunicación del Gobierno para mantener informado al público sobre la mejor manera de evitar la infección son vitales, al igual que el apoyo adicional para manejar la recesión económica.

La reducción del tráfico y del movimiento no influye en el volumen total de infectados, excepto en que retrasa la aparición del pico de la enfermedad, y ello permite ganar tiempo para adoptar medidas correctas. Restringir la movilidad sólo tiene efectividad si está acompañada de decisiones complementarias como el aislamiento, porque permite distribuir en el tiempo la aparición de casos e incluso bajar su incidencia, y así se pueden manejar los recursos del sistema de salud de una manera más eficaz. Es fundamental que nuestro sistema sanitario no se colapse. Porque es una enfermedad que, con asistencia sanitaria, es mucho menos dañina y mucho menos mortal que sin ella.

Mª Àngels Calvo Torras

Dra. Mª Àngels Calvo

No existe ningún sistema sanitario, por muy avanzado que sea, que esté preparado para esta pandemia. No es lo mismo ingresar 200 enfermos al día que 200 a la semana.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, comentaba recientemente que a lo largo de la última semana se ha apreciado un aumento mundial de la propagación del coronavirus. Ya no sólo el número de casos es mayor en el resto del mundo que en China, epicentro del origen del virus, sino también el número de personas fallecidas.

Sin duda, la forma más efectiva de prevenir infecciones y salvar vidas es romper las cadenas de transmisión. A ello contribuye de forma eficaz y eficiente la rápida aplicación de las medidas de distanciamiento social, entre las que destacan el cierre de centros de enseñanza y la cancelación de eventos deportivos y otras reuniones, así como de la aplicación de medidas higiénicas.

«Las medidas de distanciamiento social pueden ayudar a reducir la transmisión y permitir que los sistemas de salud hagan frente a la situación», asegura el director general de la OMS, mientras que «lavarse las manos o toser en el codo puede reducir el riesgo para uno mismo y para los demás. Ninguna basta por sí misma para detener la propagación del virus y es urgente la realización de las pruebas diagnósticas, el aislamiento y el rastreo de contactos, ya que todo ello constituye la columna vertebral de la respuesta a la lucha contra el nuevo coronavirus. La forma más efectiva de prevenir infecciones y salvar vidas es romper las cadenas de transmisión».

También indicó que la OMS recomienda que todos los casos confirmados, incluso los leves, queden confinados en centros de salud, para evitar la transmisión y proporcionar una atención adecuada. Los sistemas sanitarios de los países ricos ya funcionan al 95% de su capacidad y cuando llega una emergencia como ésta es muy difícil de controlar.

La incertidumbre sobre la evolución de la epidemia es el principal problema al que se enfrentan las persones confinadas en sus hogares, una situación que genera distintas reacciones y efectos secundarios en el estado anímico de los ciudadanos.

Rafael Ballester Arnal, catedrático de Piscología Clínica de la Salud de la Universidad Jaume I de Castellón y vocal de la Junta Directiva de la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología, destaca: «Como sucede en todas las situaciones de crisis, lo que más nos afecta es la incertidumbre: cómo evolucionará la epidemia, qué impacto tendrá sobre la salud pública a corto, medio y largo plazo, qué efectos económicos y sociales tendrá en nuestro país y cómo todo esto nos afectará más personalmente a nosotros mismos y a nuestro entorno más próximo. La mejor vacuna contra la incertidumbre es la información, transmitir de una forma certera, sencilla y veraz lo que sabemos hasta ahora de esta enfermedad. E inmediatamente transmitir seguridad, la que se deriva de tener la suerte de disponer de uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo».

Permitir el contagio para lograr la inmunidad no es una opción en la lucha contra el coronavirus. No sabemos lo suficiente de la enfermedad que desencadena el coronavirus. Dorit Nitzan apunta: «Es un virus nuevo y tenemos que aprender sobre él. ¿Causa inmunidad? ¿O es como la gripe y cambia cada año y hay que seguirlo? No sabemos lo suficiente y un paquete integral de medidas muy básicas de salud pública es lo adecuado.

¿Qué pasará cuando finalice el confinamiento?

Con gran probabilidad, el coronavirus seguirá entre nosotros, probablemente controlado por los factores climáticos y al igual que sucede con el virus de la gripe, podremos tener episodios que se repetirán a lo largo de los años, generalmente en meses de baja temperatura. Si disponemos de vacunas y de tratamiento, como es de desear, podremos llevar a cabo el control al igual que se establece para la gripe.

La pregunta que aún nos queda por responder, referente este tema, es la relativa a la inmunidad.

Una vez superada la enfermedad causada por el coronavirus, el paciente… ¿se podrá volver a infectar? Conocemos poco al nuevo coronavirus y desconocemos la inmunidad que se pueda generar e impedir una reinfección. Ante la noticia de que existen personas que se han curado y que vuelven a dar positivo, como se ha descrito en algunos casos en China, las autoridades sanitarias han impuesto un aislamiento de 14 días a quienes se den por sanados.

Los expertos afirman que hay varias formas por las que los pacientes dados de alta pueden contagiarse con el mismo virus. Las personas convalecientes podrían no tener suficientes anticuerpos para desarrollar la inmunidad y por ello se pueden infectar de nuevo.

Algunos de los primeros casos de reinfección en China han sido atribuidos a discrepancias en los exámenes de laboratorio. El 21 de febrero, un paciente que fue dado de alta de un centro de salud en la ciudad china de Chengdu fue reingresado diez días después al dar positivo en un examen de control. Lei Xuezhong, subdirector del centro de enfermedades infecciosas del Hospital de China Occidental, evidenció que los hospitales estaban analizando muestras de nariz y garganta para decidir si los pacientes podían ser dados de alta, pero que al realizar nuevas pruebas estaban detectando el virus a partir de muestras obtenidas en el tracto respiratorio inferior.

En definitiva y a raíz de los estudios realizados podemos apuntar que después de que alguien haya sido infectado por SARS-CoV-2 forma anticuerpos, y por ello es de esperar que no se pueda reinfectar por la misma cepa vírica.

Aspectos que destacar

Mantener el confinamiento y seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y de la Conselleria de Salut favorece una distribución en el tiempo de los casos de enfermedad por SARS-CoV-2.

La distribución de los casos positivos a lo largo del tiempo disminuye el colapso en hospitales y clínicas.

Finalizado el período de confinamiento, el virus seguirá activo, aunque su incidencia no será tan notable entre la población.

No se prevé que cuando un paciente supere el proceso vírico pueda reinfectarse, ya que parece demostrada la producción de anticuerpos y por tanto la protección por acción de su sistema inmune.

La producción de vacunas y fármacos activos para prevenir y curar la enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2 está ya en fase de ensayos clínicos y es esperable que antes de 18 meses dispongamos de ellos.

El efecto sobre la economía y los cambios en las relaciones y actividades que sucederán a esta pandemia modificarán sin duda el desarrollo de la sociedad a nivel mundial.

Bibliografía consultada

Roy M. Anderson, Hans Heesterbeek, Don Klinkenberg, T. Déirdre Hollingsworth: How will country-based mitigation measures influence the course of the COVID-19 epidemic? Published Online March 6, 2020, https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30567-5

Isaac Ghinai, Tristan D. McPherson, Jennifer C. Hunter, Hannah L. Kirking, Demian Christiansen, Kiran Joshi, Rachel Rubin, Shirley Morales-Estrada, Stephanie R. Black, Massimo Pacilli, Marielle J. Fricchione, Rashmi K. Chugh, Kelly A. Walblay, N. Seema Ahmed, William C. Stoecker, Nausheen F. Hasan, Deborah P. Burdsall, Heather E. Reese, Megan Wallace, Chen Wang, Darcie Moeller, Jacqueline Korpics, Shannon A. Novosad, Isaac Benowitz, Max W. Jacobs, Vishal S. Dasari, Megan T. Patel, Judy Kauerauf, E. Matt Charles, Ngozi O. Ezike, Victoria Chu, Claire M. Midgley, Melissa A. Rolfes, Susan I. Gerber, Xiaoyan Lu, Stephen Lindstrom, Jennifer R. Verani, Jennifer E. Layden: Illinois COVID-19 Investigation Team First known person-to-person transmission of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) in the USA. Published Online. March 12, 2020 https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30607-3.

Ignacio Lopez-Goñi: Frenar la curva del coronavirus: la vacuna somos todos. Elnacional.cat.