Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presenta ante la comunidad académica las últimas reflexiones culturales, científicas y filosóficas que realiza en los artículos «Sitges y el ‘crono secuestrado'», «La muerte y entierro del sentido común», «¿El bárbaro siempre es el otro?», «La resiliencia según Albert Camus», «Descubriendo San Pedro el Viejo» y «¿Cómo aplicar la bioética en las ciencias?«, publicados entre los pasados meses de mayo y junio en las secciones «Lectores expertos» y «Las fotos de los lectores» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «Sitges y el ‘crono secuestrado'», Callabed rememora un paseo por Sitges, municipio del que se confiesa enamorado y que visita frecuentemente. A su belleza natural y patrimonial el académico suma su gran atractivo cultural. «Bajando las escaleras de la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla se llega a un malecón con una sirena esculpida. Más allá la casa que habitó Santiago Rusiñol -Cau Ferrat-, que llenó de historia a Sitges en la época modernista y el Museo Maricel con magníficas donaciones artísticas del doctor Jesús Pérez-Rosales. Desde el malecón desfila el paisaje cambiante de las olas rompiendo en las rocas y esculpiendo figuras efímeras desde hace muchos siglos. Hoy el mar está suave y parece hablar con calma a través de las olas. El cielo es inmensamente azul y ‘así tiñe el agua’, como recordaba el amigo poeta Enrique Badosa«, rememora en un relato acompañado de sugerentes imágenes del propio autor.
Por su parte, en «La muerte y entierro del sentido común» el académico lamenta la falta de escrúpulos y humanismo que se da en el mundo actual. «La guerra y la barbarie conllevan la mentira y el equívoco, la invención de un falso idioma adaptable a los intereses de la batalla y al continuo saqueo de la imaginación y el verbo. En nombre de la paz se hace la guerra, en nombre de la convivencia se incita al odio, en nombre de la justicia se explota, en nombre de la libertad se amordaza, en nombre de la democracia se recurre a métodos de la dictadura, en nombre del diálogo se insulta, en nombre de la tolerancia se desprecia, en nombre de la seguridad se bombardea», señala.
«¿El bárbaro siempre es el otro?» es una reflexión sobre los postulados del filósofo Claude Lévi-Strauss, quien invita a mirar «al otro» como un espejo ante nosotros. «Claude Lévi-Strauss nos alecciona sobre los que piensan que un bárbaro, como decían los griegos, es todo aquel que hablaba una lengua extraña y no era del país. Este filósofo, etnógrafo y antropólogo francobelga, trabajó en el Mato Grosso brasileño y la selva amazónica escribiendo su famoso libro ‘Tristes trópicos’. Para muchos el bárbaro es ‘el otro’, el que no se me parece, el que excluyo de mi sistema y mi cultura. El etnocentrismo, dice este filósofo, consiste en hacer de la propia civilización la medida de todas las cosas, el escalón desde el que se compara con otras culturas y las desdeña», considera.
En «La resiliencia según Albert Camus», Callabed recupera la figura del tutor del padre del existencialismo, Louis Germain, quien tuvo una importancia capital en su infancia y desarrollo y aborda el concepto de la resiliencia a partir de sus tesis. «La resiliencia es una capacidad universal que permite a una persona, grupo o comunidad, disminuir o superar los efectos nocivos de la adversidad y confirmar el crecimiento positivo frente a dificultades grave», explica.
En cuanto a «Descubriendo San Pedro el Viejo», el presidente del Club de Pediatría Social hace un repaso histórico y fotográfico San Pedro el Viejo, una de las iglesias más antiguas de España y en la dominación musulmana se respetó su carácter cristiano. «San Pedro el Viejo, en Huesca, es una de las iglesias más antiguas de España. Fue visigoda y mozárabe y, en el siglo XII, se edificó la actual. Durante la dominación musulmana se respetó su carácter cristiano. Con la conquista de la ciudad a los musulmanes, Pedro I la cede al monasterio de Saint Ponç de Tomières, Francia, convirtiéndose en monasterio benedictino. Contiene los restos de san Justo y Pastor y de los reyes Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje, así como un bellísimo claustro», explica junto a las imágenes que acompañan el artículo.
Por último, en «¿Cómo aplicar la bioética en las ciencias?», el académico reflexiona sobre esta especialidad, partiendo de la base de que los avances científicos y los dilemas que se plantean en el siglo XXI han expandido la inquietud por una ciencia ética y humanística. «Los temas de bioética y de ética en general parecían un tema exclusivo de filósofos y teólogos. Los avances científicos y los dilemas que plantean han expandido esa inquietud a muchos campos y es un tema habitual en diferentes ámbitos sociales», considera antes de esbozar la evolución de la bioética que él mismo recoge en su obra «Tiempos para la bioética».
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