Aldo Olcese, presidente de la Fundación Independiente y de la Asociación Nacional Sociedad Civil Ahora, académico de número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras y vicepresidente y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presentó el pasado 22 de noviembre la tercera y última de las sesiones del «Ciclo de historia y humanismo» que ha celebrado la Fundación con la colaboración del Archivo Histórico Nacional y el Ministerio de Cultura y Deporte. Esta jornada llevó por título «Defensa de la unidad y la reconciliación» y contó con la participación de Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, que presentó el trabajo «La reconciliación tras la peor guerra y la dictadura. La Transición amenazada», y del escritor José Calvo Poyato, que intervino con «La lucha contra el invasor. La Guerra de la Independencia». La sesión estuvo moderada por Pilar de Aristegui, pintora, escritora y patrona de la Fundación Independiente.
«Este ciclo tiene un especial significado porque hemos querido renovar el orgullo de pertenencia a España, un sentimiento que se considera caduco. Nosotros consideramos que estas son cuestiones troncales de la convivencia y es necesario realizar una pedagogía al uso, ya que en los libros de texto es algo que se desdibuja. Todo ello desde un punto de vista humanista, como otros ciclos que celebramos desde la Fundación», señaló Olcese en su presentación de esta última sesión del ciclo.
Calvo Poyato expuso la situación de España a lo largo del siglo XVIII, la forja de una Constitución a raíz de la Revolución Francesa y la Independencia de Estados Unidos y, por último, la reacción unitaria ante la invasión francesa y la Guerra de la Independencia frente las tropas de Napoleón. En este sentido, el experto señaló que la reacción se produjo no solo por parte del pueblo y los sectores más conservadores, sino también por parte de los ilustrados no afrancesados que en ese momento existían en España. «Durante la guerra se vio a una nación alzada contra un rey impuesto, una guerra desigual en la que surge la figura de los guerrilleros, que fueron los que realmente ganaron la guerra, no las tropas británicas», consideró.
Leguina, por su parte, abordó la ley de Memoria Histórica y la ley de Memoria Democrática para denunciar su parcialidad y su uso partidista, además de poner en peligro el espíritu de reconciliación de los pactos de la Transición. «No sé por qué hemos vuelto atrás, hemos recuperado cosas que ya habíamos superado. Y además, hemos sido reincidentes con la nueva ley aprobada recientemente, que no tiene en cuenta los asesinatos de ETA y otros grupos terroristas de extrema izquierda», señaló el expresidente de la Comunidad de Madrid.