Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), aborda algunos de los problemas que inquietan a los padres con niños de temprana edad y en edad escolar en los artículos «¿Qué hacer frente al fracaso escolar?«, «Signos de alarma en el desarrollo infantil», «El desarrollo de los niños de 3 a 5 años», «¿Cómo afecta la ciudad a la salud infantil?» e «Infancia expuesta a la contaminación ambiental», publicados a lo largo del pasado mes de diciembre en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «¿Qué hacer frente al fracaso escolar?», el experto defiende el concepto de comunidad escolar y considera que pediatra, alumnos, profesores, familia y escuela juegan su papel para combatir el problema del fracaso escolar, que va en aumento. «El problema de las dificultades escolares pertenece a varias disciplinas, pero la acción conviene que sea global para no añadir a los factores de riesgo los de parcelación y reducción tan perjudiciales para el niño y la familia. Merece la pena recordar aquel pensamiento de Bertrand Russell: ‘No hay más que un camino para el progreso humano, en la educación, como en todas las cosas humanas, y es la ciencia guiada por el amor. Sin ciencia, el amor es impotente; sin amor, la ciencia es destructora'», señala el académico.
En «Signos de alarma en el desarrollo infantil», por otra parte, el presidente del Club de Pediatría Social recuerda que en los primeros 24 meses de vida del bebé hay que estar atentos a alteraciones del sueño, la alimentación o la atención. «Cuando hablamos de signos de alerta en el desarrollo infantil, los entendemos como un conjunto de manifestaciones que nos indican que algo no está evolucionando adecuadamente en el desarrollo de nuestro hijo según la edad y que es importante prestarle atención e identificar factores de salud, ambientales, familiares o sociales. Recordemos que la salud no es únicamente la ausencia de enfermedad, sino que incluye el bienestar físico, mental y social. Ser prudentes siempre es importante y conveniente», explica antes de detallar algunos de esos signos de alarma.
Los primeros años de vida del menor son el objeto de atención en «El desarrollo de los niños de 3 a 5 años», donde Callabed explica que existe un conjunto de signos y manifestaciones que indican que algo no está evolucionando adecuadamente e introduce el concepto de Pediatría Social. «La definición de salud habla de ausencia de enfermedad, pero también del bienestar físico, mental y social. Este es el motivo de identificar factores de salud, ambientales, familiares o sociales. Entendemos por Pediatría Social como aquella que estudia la salud global del niño en interacción con su entorno social, riesgos para la salud (infecciones, discapacidades, accidentes, maltratos, polución, guerra) y la relación con las instituciones donde convive», argumenta.
Por su parte, en «¿Cómo afecta la ciudad a la salud infantil?», el académico indica que un medio ambiente bien concebido enseñará a los niños a tener menos accidentes, estar menos inclinados a comportamientos antisociales y ser más maduros, confiados y responsables cuando lleguen a la edad adulta. «Los niños dependen del ambiente para su salud y su bienestar, siendo la ciudad el ambiente educativo en el cual desarrollarán sus distintos tipos de comportamiento. Es importante que el ambiente satisfaga las necesidades sociales y el desarrollo de los niños y que a su vez puedan comprender la fragilidad de su ciudad y el impacto sobre la sociedad y los ecosistemas naturales. Se ha investigado sobre los efectos de la casa y su ambiente en la salud de los niños (espacio, calor, humedad). No se ha investigado mucho sobre la calle y el barrio, que juegan papeles muy importantes en el mundo industrializado, con la gran amenaza que suponen los accidentes de circulación», inicia el experto su reflexión.
Finalmente, en «Infancia expuesta a la contaminación ambiental», Callabed incide en que los niños son una población de riesgo expuesta a humos, pesticidas, plomo en el ambiente y demás riesgos. «El número de niños expuestos a la contaminación ambiental crece a medida que aumentan las actividades industriales y agrícolas», explica el experto antes de señalar, uno por uno, los principales riesgos ambientales a los que se exponen los menores.
Leer «¿Qué hacer frente al fracaso escolar?»
Leer «Signos de alarma en el desarrollo infantil»
Leer «El desarrollo de los niños de 3 a 5 años»
Leer «¿Cómo afecta la ciudad a la salud infantil?»
Leer «Infancia expuesta a la contaminación ambiental»