Carlos Puig de Travy, Doctor en Economía, decano del Colegio de Economistas de Cataluña y director ejecutivo de las divisiones de Auditoría y Consultoría de Crowe Spain, ingresó como académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una solemne ceremonia que se celebró el pasado 13 de mayo en Fomento del Trabajo, sede de la Academia. El acto se pudo seguir tanto de forma presencial como en streaming a través del canal de YouTube de la RAED, donde puede visionarse. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «Auditoría: un pasado emocionante y un futuro resiliente». Le respondió en nombre de la Real Corporación el académico de número José Daniel Barquero.
El nuevo académico trazó una sucinta pero completa historia de la auditoría desde sus orígenes y su relación con la contabilidad, esbozando su evolución durante la Edad Media y la era moderna, los inicios de la auditoría independiente, sus primeros pasos en Estados Unidos, los orígenes en España y la primera ley de auditoría española, el destacado papel y la trascendencia de las asociaciones de auditores, los informes de auditoría, la figura del auditor actual, el papel del regulador y las corporaciones de derecho público representativas de los auditores, para analizar el presente de la auditoría, el contexto internacional, la situación actual del mercado de auditoría en España, el futuro de la auditoría y de los auditores, con los nuevos retos y oportunidades y los aspectos fundamentales en los que se enmarca el modelo de negocio futuro.
«La realidad actual es muy cambiante y está plagada de incertidumbres y volatilidad, lo que ha desembocado en un entorno económico de constantes cambios que han afectado también a la auditoría. Estos cambios vienen dirigidos desde el ámbito europeo, aunque también influye la totalidad del contexto internacional, generando la necesidad de una mejora continua en la actividad de la auditoría. Esta situación ha afectado al sector, provocando cambios más o menos profundos en su composición, en la forma de gestionar las firmas y despachos de auditoría y también en la supervisión de la actividad. En estos últimos años la auditoría ha pasado de ser un sector autorregulado a un sector con supervisión pública y sujeto a una regulación muy exigente. La auditoría, además de ser una actividad profesional, cubre una función social que radica en el objetivo de ofrecer seguridad y confianza y, para ello, los auditores deben emitir una opinión profesional sobre sí los estados financieros están libres de errores significativos y cumplen con el marco de información aplicable. Esta función social ha sido el eje principal que ha marcado la evolución de la auditoría desde sus inicios hasta la actualidad», reflexionó Puig de Travy en la introducción de su exposición.
Tras repasar la historia y evolución de la profesión, el nuevo académico consideró que, de cara al futuro, las empresas deben enfocarse más en lo que interesa a la gerencia de sus clientes, a los inversores y a todos los grupos de interés y la consultoría debe responder a las nuevas necesidades del mercado. En este contexto, la práctica profesional de la auditoría debe ser menos formal y más orientada a los intereses de la empresa auditada y del inversor, centrada en la generación de valor. Asimismo, consideró que la regulación también debe cambiar para facilitar el nuevo rol que se espera de los auditores, fomentando la calidad, la independencia y un mayor campo de actuación.
«El rol de los auditores de cuentas no es estático, sino que es altamente cambiante y ha evolucionado a ritmos muy acelerados en los últimos años, proyectando a su vez grandes cambios de cara al futuro. La auditoría de cuentas ha ido asumiendo cada vez una mayor importancia para los usuarios de la información financiera y corporativa de las empresas. El viaje hacia el nuevo paradigma de la sostenibilidad requiere llevar a cabo un proceso de transformación continua, destacado la necesaria la transformación digital de los negocios. La transformación, para ser sostenible, incluida la tecnológica, emerge como el principal reto de los auditores y requiere estar alineados con la cultura del cambio en toda la organización. Los auditores deberán establecer e implementar sus estrategias para llevar a cabo estas importantes transformaciones que impactarán de forma considerable en sus modelos de negocio. Lo que se venía haciendo hasta ahora no es garantía de continuidad, por lo que los auditores estarán un proceso de reflexión continua que desembocará en cambios reiterados en la forma de desempeñar su actividad Otro de los retos se centra en conocer las tendencias en las demandas de los usuarios y responder a ellas», concluyó.
Miembro del Consejo Directivo del Registro de Economistas Auditores del Consejo General de Economistas, del cual fue presidente hasta finales de 2021, y reconocido autor de artículos en revistas especializadas en materia contable, auditoría y fiscal, la trayectoria profesional de Puig de Travy comenzó en 1983 con su incorporación a Touche Ross, una de las ocho grandes firmas de auditoría que posteriormente se integró en Deloitte. En esta compañía desarrolló sus primeros pasos como auditor alcanzando nivel gerencial dentro de la misma. Posteriormente, en 1987, asumió el cargo de Controller General en el segundo mayor grupo industrial del país. En este cometido tuvo la responsabilidad de toda la dirección de Planificación Contable del grupo y la asistencia al consejero ejecutivo y a la Presidencia en temas de Información Corporativa. En 1990 fundó una compañía de auditoría de carácter local que ha ido desarrollándose y creciendo y en la actualidad está incorporada a la red internacional Crowe, la octava firma de auditoría a escala mundial. Crowe cuenta en España con una amplia red de profesionales repartidos en nueve oficinas.
Discurso de ingreso: «Auditoría: un pasado emocionante y un futuro resiliente»