Josep Ignasi Saranyana, profesor emérito de la Universidad de Navarra, miembro «in carica» del Pontificio Comité de Ciencias Históricas y académico emérito de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «El context teològic de l’any 1972», que se publicó en el número 67, volumen 27, de la revista teológica «Temes d’avui», correspondiente al año 2023. Un monográfico dedicado al quincuagésimo aniversario de la visita pastoral de san Josemaría Escrivá de Balaguer a Barcelona en otoño de 1972.
«Aquella visita coincidió, o quizás fue provocada, por la crisis que sacudió a la Iglesia, a todos los niveles, tras la clausura del Concilio Vaticano II. Aunque los dos anteriores concilios ecuménicos de la modernidad (Trento y el Vaticano I) habían sufrido también alguna sacudida en la etapa de recepción de sus constituciones, decretos y cánones, ni de lejos aquellas sacudidas pueden compararse a las conmociones que se han vivido en la Iglesia, desde 1966 a esta parte. Así pues, para entender las exhortaciones, comentarios y sugerencias, siempre alentadores, del fundador de la Obra durante el citado viaje de 1972, procede una ajustada valoración del contexto eclesial y teológico que rodeó su visita pastoral», explica el propio Saranyana en la introducción a su artículo.
El teólogo analiza, de forma sucinta, la recepción del concilio, destacando la importancia de los documentos «Dignitatis humanae» y «Nostra aetate» en relación con los grandes temas de la época moderna y aborda las dificultades que la academia teológica enfrentó en la recepción de los documentos conciliares, especialmente debido a los cambios culturales de la época, y las diferentes corrientes de pensamiento que influyeron en los ámbitos teológicos católicos durante los años 60. San Josemaría aparece en este contexto como determinante figura espiritual que confirma a los fieles en la fe en un momento eclesial delicado, en la línea de lo que apuntó décadas después el papa Benedicto XVI. Desde un distanciamiento que puede ya considerarse histórico, Saranyana refiera la visión del pontífice sobre la crisis posconciliar y la relevancia de la constitución pastoral «Gaudium et spes».
«Es innegable que ha habido formas enfermizas de vivir el cristianismo dentro de la propia Iglesia desde un principio. Sólo hay que recordar los primeros brotes de gnosticismo, mencionados en las cartas de san Pablo y en el corpus de san Juan como peligrosos y desechables. En su visita pastoral a Cataluña de 1972 san Josemaría se presentó como padre espiritual de una multitud de fieles, para confirmarlos en la fe, en unas delicadas circunstancias eclesiales. No habló como teólogo, ni pretendió erigirse en maestro de la fe, porque eso es competencia del ‘munus docendi’ de los obispos, especialmente del obispo de Roma. Vino a tranquilizar las conciencias y a infundir paz. Y bien que lo logró», concluye el experto.