Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), inauguró el pasado 22 de febrero el Foro de Deontología Médica que ha puesto en marcha el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza para que los facultativos profundicen en el actual Código de Deontología Médica y evalúen desde una visión crítica e histórica la Bioética. Junto al académico participó en esta sesión inaugural, que llevó como título «La Bioética. Un puente entre la ciencia y los valores», el presidente de la Comisión de Deontología del Colegio, Enrique de la Figuera. Actuó como moderador el secretario de esta misma comisión, Arturo Aliaga.
El Foro seguirá con la sesión «Ética, deontología y medicina personalizada», a cargo de Feliciano Ramos, presidente de la Sociedad Europea de Genética Humana, que abordará temas como el consentimiento informado, el asesoramiento genético, especialmente en los estudios genéticos prenatales o preconcepcionales, la identificación de portadores asintomáticos de enfermedades hereditarias o la propiedad y almacenamiento de los datos genómicos. También se incluirán menciones a textos legales y normativas actuales, tanto nacionales como europeas.
Autor del libro que lleva el mismo título de la sesión celebrada, «Tiempos para la bioética. Un puente entre la ciencia y los valores» (Club de Pediatría Social), Callabed abordó la necesidad de dotar a la medicina de un componente ético que marque sus actuaciones, en particular después de que la actual pandemia haya evidenciado las carencias del actual modelo y muchos sanitarios hayan tenido que tomar decisiones con un criterio que iba mucho más allá de la medicina. Porque para el académico, en pleno siglo XXI y a la vista del desarrollo y los avances científicos que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad, es un buen momento para hacer una pausa y reflexionar sobre la esencia de la humanidad a través de un recorrido sobre el pensamiento filosófico de la sociedad actual.
«La ciencia debe respetar los valores y de ahí la importancia de la filosofía y las humanidades en las ciencias y el trabajo interdisciplinario. La bioética surge como el puente necesario entre la ciencia y los valores, porque la ciencia explica lo exacto, pero no lo justo y humano», señalaba el académico en la presentación del artículo que dedicó a esta materia en la primera edición del proyecto Retos Vitales para una Nueva Era, impulsado por la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores junto a la RAED, que tituló «¿Puede perdurar el humanismo en un mundo de superficialidad?». En este trabajo, el académico ya esbozaba las propuestas que desarrolla ahora de forma amplia y sentaba las bases de esa nueva bioética que debe marcar el camino en la profesión en estos tiempos.
Para Callabed, la medicina no debe aportar únicamente analgésicos y tranquilizantes. Debe curar las heridas del cuerpo y las heridas del alma. «No hay enfermedades, sino enfermos. Todo paciente es una persona irrepetible, que merece un tratamiento individualizado y personalizado. La política sanitaria no debería influir en el modo como se desarrolla el acto médico. El médico no es solo el que se limita a diagnosticar, sino quien a veces cura y siempre cuida. Por eso curar con cuidado es quizá la última y originaria justificación de la actitud médica. La ética puede apoyarse en la ciencia si ha conseguido respetar los valores», señaló.