Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), invita a la comunidad académica a realizar un viaje científico y cultural a través de los artículos «Los flamencos de la Capilla Real de Granada», «Ruta artística Jean Cocteau por Menton» y «La huella española en Nápoles», que publicó entre los pasados 12 y 14 de febrero en las secciones «La mirada del lector» y «Lectores corresponsales» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa. Callabed complementa sus reflexiones con imágenes de sus viajes tomadas por él mismo.
En «Los flamencos de la Capilla Real de Granada», el académico repasa la presencia de obras de pintores como Dierik Bouts, Hans Memling, Jan Provost y Rogier van der Weyden en la exposición permanente de arte que se encuentra al final del recorrido de la capilla de los Reyes Católicos en Granada. «Isabel la Católica, en 1504, hizo testamento y dispuso la creación de la Capilla Real de Granada donando joyas y sus tablas y lienzos de devoción. Parece un pequeño recorrido por Amberes, Brujas, Gante, Tournai y Bruselas donde estos artistas ofrecen todo su fulgor artístico en los museos que acogen sus obras. La sensibilidad artística de la reina Isabel de Castilla hizo que podamos disfrutar de una exquisita colección de pintura flamenca junto a otros tesoros artísticos», señala Callabed reseñando las principales de estas obras.
Por otra parte, en «Ruta artística Jean Cocteau por Menton», el presidente del Club de Pediatría Social explica los tres espacios principales en los que se puede seguir la trayectoria y visitar la obra de este escritor, pintor y diseñador francés en el municipio provenzal de Menton: el Museo Le Bastion, el que lleva su nombre y una sala en el Ayuntamiento. «La ciudad de Menton, en la Costa Azul, siempre ha sido lugar de encuentros y de cultura. Onírica en sus líneas y colores y atesorando una rica tradición cultural. Jean Cocteau (1889-1963) tiene aquí una presencia importante con un museo, Le Bastion, y la decoración de La Salle des Mariages, en el Ayuntamiento. Hace algunos años se inauguró el Museo Jean Cocteau, que recoge la donación del americano Severin Winderman y se completa con obras de Picasso, Modigliani, De Chirico y Foujita, entre otros. Cocteau también tiene obra en otros lugares de la Costa Azul y de la Provenza, como en las capillas de Saint-Pierre en Villefranche-sur-Mer, Notre-Dame de Jerusalem en Frejus y la villa de Saint-Sospir en Saint Jean de Cap Ferrat. En Cap d’Ail decoró un teatro al aire libre», explica antes de reseñar ampliamente la trayectoria del creador.
Finalmente, en «La huella española en Nápoles», Callabed expone las improntas de la cultura griega, romana y aragonesa que conviven en la historia y la propia morfología de la ciudad de Nápoles. «Roma dejó intactas su lengua y su cultura. César, Cicerón y Nerón quedaron fascinados por este vestigio de cultura helénica que siguió viviendo ante sus ojos. Con Fernando I se vuelve a la literatura en lengua vulgar, favorecida por la reciente introducción de la tipografía. Alfonso I quiso recordar la conquista de la ciudad con un arco del triunfo, que puede contemplarse en el Castel Nuovo con las cuatro barras. Favoreció el desarrollo cívico-social y cultural, facilitando la entrada de ideas renacentistas y llevando a cabo modos de gobierno de inspiración republicana con participación de las élites en el gobierno de los estados», señala el académico para reseñar la evolución histórica de la ciudad y sus principales puntos de interés.