Mariàngela Vilallonga, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre la coincidencia de su estancia en Suiza, por motivos muy diferentes, de tres escritoras catalanas fundamentales en el trabajo «Escriptores catalanes a Suïssa: Aurora Bertrana, Cèlia Suñol, Mercè Rodoreda», que presentó en el Ciclo de Ponencias que la Real Academia celebró en Barcelona y Madrid el año pasado. Aurora Bertrana vivió en Suiza entre 1923 y 1926 y entre 1938 y 1948. Cèlia Suñol pasó allí los años 1921, 1922 y 1923, y Mercè Rodoreda vivió en Suiza entre 1954 y 1972 y, como destaca Vilallonga, gran parte de la obra que crearon no se entiende sin estancia allí.
«La relación que se establece entre la vida y la obra de estas tres autoras es un diálogo que o se inicia o se consolida en Suiza. Vidas y obras cruzadas, excelente literatura con el telón de fondo de los Alpes y de las ciudades suizas. Otros autores hicieron estancia también y dejaron constancia en algunas de sus obras, hasta el punto de que Aurora Bertrana en el segundo volumen de sus ‘Memorias’ escribió: ‘De la estancia de los catalanes en Suiza se podría escribir todo un volumen. No creo que fuera de los menos interesantes a condición de no esconder ni atenuar nada de tantas y tan variadas aventuras como vivieron en ella'», inicia la académica su estudio.
Tras repasar su obra y las alusiones directas al lugar que les sirvió de refugio, Vilallonga concluye en la coincidencia de cómo las tres transformaron esta experiencia en materia literaria y cómo resultó fundamental tanto en su vida como en su obra. «Las tres terminan haciendo literatura de sus vivencias suizas, a través de géneros diferentes: la novela, las memorias, la narración breve. Con la autobiografía como telón de fondo, más explícito en unas que en otra. Puede concluirse que los acontecimientos vividos en Suiza golpean fuertemente el alma de las tres escritoras. A Bertrana y Suñol les permite realizar su gran obra literaria donde Suiza tiene reservado un papel protagonista. A Rodoreda le permite realizar sus mayores obras literarias regurgitando la Barcelona que había conocido y abandonado a la fuerza», afirma.
Tras su etapa como consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña entre marzo de 2019 y septiembre de 2020, un cargo por el que renunció a la vicepresidencia del Instituto de Estudios Catalanes, Mariàngela Vilallonga reemprendió su actividad docente hasta su jubilación el curso pasado. Desde mayo es, además, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana. En 2016 fue reconocida con la Creu de Sant Jordi, la máxima distinción que otorga la Generalitat, por sus investigaciones en literatura humanística latina de la Corona de Aragón. Recientemente, fue nombrada consejera del grupo editorial Grup62.