Ferran Guedea, Mariano Monzó y Josep Maria Ustrell, académicos de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), respondiendo a la pluralidad y neutralidad política de la institución, han hecho entrega de un escrito en el que quieren abrir el debate sobre el proceso penal, el juicio y la condena a duras penas de prisión que el Tribunal Supremo ha dictado contra los políticos y activistas que organizaron o participaron en el referéndum por la independencia de Cataluña el 1 de octubre de 2017. Los tres académicos, citando a intelectuales de prestigio, muestran su desacuerdo tanto con el fallo del alto tribunal como con el artículo que apareció en esta misma Newsletter con el título «Un juicio justo», en el que los también académicos Teresa Freixes y Santiago Castellà argumentaban la limpieza del proceso y la independencia, legitimidad e imparcialidad del tribunal, apelando en su caso a las consideraciones de la Asociación de Magistrados Europeos para la Democracia y las Libertades (Medel), en la que está integrada Jueces para la Democracia.
«Queremos manifestar, y creemos que la responsabilidad de todos, políticos, periodistas, ciudadanos y evidentemente los académicos, es evitar actitudes que pueden encender los ánimos: debemos contribuir entre todos a esta tranquilad ahora tan necesaria. Los académicos de la RAED, con la ciencia y por la ciencia, podemos ayudar con la verdad a calmar los ánimos y no a encenderlos, ahora más que nunca», consideran los firmantes del documento, dirigido a toda la comunidad académica. Guedea, Monzó y Ustrell citan al escritor británico John Carlin, quien tras conocerse la sentencia publicó en el diario «La Vanguardia» el artículo «La ley es un burro», en el que se mostraba crítico tanto con la decisión del tribunal como con la judicialización de una causa que considera no debería haber salido del ámbito meramente político.
«Los defensores del Reino de España no han regalado ningún muerto a los catalanes aún, pero se empeñan en entregarles mártires. A las grotescamente desproporcionadas sentencias para los nueve por ‘sedición’ (término apropiadamente medieval), se suma la incluso más escandalosa decisión de los jueces, si cabe, de haberles mantenido un par de años en prisión antes de condenarlos. Eso es lo que Amnistía Internacional llama cárcel sin juicio. Hoy lo único que se sabe es que el lío catalán va a más. Que lejos de haberse previsto todo y resuelto todo, lo único que se ha logrado al haber abandonado la política por la ley, el diálogo por la trasnochada judicatura española, es fomentar el conflicto y calentar el ardor del sentimiento independentista», citan los firmantes a Carlin.
«Todo lo que ha escrito John Carlin en este artículo de opinión puede gustar a algunos o puede desagradar a otros, pero lo que es cierto es que en estos momentos tan delicados entre España y Cataluña hay que evitar cualquier cosa que encienda pasiones y rencores. La visión de si se trata de un juicio justo, como recientemente se ha publicado en la Newsletter de la RAED o bien si se trata de un juicio injusto, como nosotros exponemos en este artículo coincidiendo con la visión de Carlin, es una cuestión de opiniones y de hechos», concluyen.