Pedro Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE-Universidad de Navarra, presidente de la Escuela de Negocios Internacional China-Europa (Ceibs) y académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Sociales de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), analiza el futuro de la economía y la intervención de las administraciones públicas en su gestión y regulación en los artículos «Decidiendo», «Enseñando», «Politicando» y «Corriendo», que ha publicado en el diario «La Vanguardia» entre los pasados 2 de septiembre y 1 de octubre.
En «Decidiendo», el académico apela a la necesidad de adaptación de la empresa a los retos de la globalización y la competitividad en un mercado global, lo que a veces aconseja alianzas y ventas que nunca se habían contemplado, pero que pueden resultar estratégicas. «No considerar la alternativa de vender la empresa puede ser una forma de autoengañarse. Con algunos colegas de Harvard y del IESE hemos comentado la casi siempre negativa reacción cuando le propones a un presidente vender su empresa porque le ves un futuro difícil que irá disminuyendo su valor. Todos hemos vivido casos en que al final han entendido que es la mejor solución, se ha conseguido una buena venta y a medida que pasa el tiempo se ve que fue un gran acierto. Algunos, que recomendaron vender, años después cada Navidad reciben un regalo del expropietario. La internacionalización, el avance tecnológico, la aparición de nuevos competidores pueden cambiar el futuro de una empresa. Hay que actuar con rapidez», considera.
Por su parte, en «Enseñando», Nueno incide en la importancia de la formación presencial, que permite establecer relaciones personales duraderas y fructíferas, apoyándose en su propia experiencia, sin menospreciar por ello las ventajas de la educación online. «Con el avance de la inteligencia artificial e internet se han lanzado miles de programas online. Muchos profesores quieren salir por internet y que los vean miles de personas. Pero estos programas no tienen nada que ver con los programas presenciales. Cuando se participa en un programa presencial hay espacios fuera del programa, para tomar un café, para comer o cenar, o incluso para tener reuniones por grupos que les permiten discutir entre ellos», explica.
En «Politicando», el experto aborda la necesidad de una mirada amplia por parte de la política catalana, que vaya más allá de reivindicaciones territoriales para apostar la competitividad, el desarrollo y la prosperidad económica. «Sería interesante que nuestros políticos tuviesen una estrategia sobre el avance de Catalunya. Con la autonomía que tenemos hay más que de sobra para tener una buena estrategia. Somos el mejor lugar de Europa para fabricar coches. Ya se nos fue Nissan, pero ahora tenemos empresas europeas, americanas y, sobre todo, chinas estudiando colocar alguna planta suya en Europa. Pero hay muchas empresas que han desplazado la base económica de su sede social fuera de Catalunya. Deberíamos pensar que siendo parte de España hemos desarrollado una región extraordinaria con un alto nivel tecnológico y buena educación. Tenemos una buena sanidad, muy buenos hospitales, empresas farmacéuticas y de equipos médicos líderes internacionales. Tenemos muy buenas empresas de alimentación y de distribución. Y también hemos desarrollado líderes mundiales en distribución de productos de moda y productos de prestigio internacional como Mango, Puig, Tous y muchas más. Otra cosa en la que Catalunya es un líder global es el turismo. Recibimos muchos turistas y algunos adquieren algún piso e incluso vienen a vivir aquí después de su jubilación», reflexiona.
Finalmente, en «Corriendo», el académico plantea el recurrente debate del futuro de las pensiones, urgiendo a un cambio de modelo para superar la insostenibilidad de los actuales que se mantienen en países como España. «¿Quién se atreverá en el mundo a llevar la edad de jubilación más allá de los 70 años? ¡La que se organizaría! Los médicos, los farmacéuticos y sus empresas no paran de investigar cómo alargar la vida y van consiguiendo resultados. Cada vez hay más personas que llegan a más de 100 años. Eso quiere decir que si se jubilaron con 65 años, habrán cobrado pensiones durante casi 40 años. Pero si nosotros nos jubilamos con 65 y vivimos más de 100, ¿dónde está el dinero para pagarnos durante 40 años? Seguro que hemos pagado al Estado un montón, durante muchos años, para poder cobrar nuestras pensiones, pero en la mayoría de los estados del mundo se han gastado todo el dinero en otras cosas y además los estados se han endeudado, algunos a niveles que ya no pueden superar», argumenta.