Joan Francesc Pont, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Barcelona, presidente de la Fundación Ferrer i Guàrdia y académico de número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras y de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), encabezó el pasado 13 de octubre junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la tradicional ofrenda floral frente al monumento del pedagogo catalán Francesc Ferrer i Guàrdia, fundador de la denominada Escuela Moderna, con motivo del 113.º aniversario de su fusilamiento. Núria Mora, secretaria de Transformación Educativa del Departamento de Educación, representó a la Generalitat de Catalunya. La personalidad invitada de este año por parte de la Fundación fue el escritor y activista Francisco Delgado, expresidente de la asociación Europa Laica. En la actividad participaron 24 organizaciones, entre ellas destacadas entidades del mundo educativo, secciones sindicales de enseñanza, partidos políticos, así como asociaciones humanistas y laicistas.
En el turno de parlamentos, Pont defendió la laicidad como un principio básico de la democracia y destacó la importancia de mantener vivo el legado de Ferrer i Guàrdia. «Debemos conservar el recuerdo vivo de las personas que han combatido a favor de la democracia y sus valores», señaló. Colau, por su parte, también puso en valor la actualidad de la herencia pedagógica del homenajeado. «Estamos en un momento en el que debemos reivindicar la herencia de Ferrer i Guàrdia, porque los discursos de odio vuelven a proliferar en Europa». Mora subrayó que es necesario inspirarse en el reconocido pedagogo para asumir los retos educativos actuales en relación a la equidad, la democracia y la coeducación y Delgado criticó la excesiva confesionalidad de la educación actual y su financiación con fondos públicos. Para Delgado, es necesario avanzar hacia un modelo laico y sin religiones en el aula como la Escuela Moderna.
Por otra parte, Pont participó el 16 de noviembre en las festividades que conmemoran la creación de Universidad Libre de Bruselas, junto con representantes de los grupos estudiantiles, el Centro de Acción Laica y los Amigos Filantrópicos de Bélgica. Durante la jornada se realizó otra tradicional ofrenda floral ante en monumento con el que la ciudad rinde tributo a Théodore Verhaegen, impulsor de esta institución universitaria. Pont leyó el discurso «Francisco Ferrer: Égalité, interculturalité et laïcité», destacando el papel de Ferrer i Guàrdia en la consolidación del espíritu que impulsó el nacimiento de la universidad belga.
Fundada en 1834 sobre el principio de la «libre investigación», la Universidad Libre de Bruselas nació como contrapunto de los librepensadores al dominio tradicional del catolicismo en la educación belga. La institución se declaró desde sus principios fundacionales como un centro de enseñanza abiertamente secular y se asoció a los movimientos políticos liberales. Desde entonces, la Universidad Libre ha sido una de las principales universidades de Bélgica, junto con la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad de Lieja y la Universidad de Gante, estas dos últimas promovidas por el Gobierno de Bélgica.