Sheldon Glashow, premio Nobel de Física y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), protagoniza un artículo que Elena Yndurain, reconocida experta en transformación digital y tecnologías emergentes y profesora del Instituto de Empresa, le dedica en el diario «El Mundo» y que se publicó en su edición del pasado 18 de mayo con el título «Innovación: ¿casualidad o causalidad?». La reflexión parte de la primera Jornada sobre Creatividad e Innovación, organizada por la RAED, la Fundación Ramón Areces, el Foro de Empresas Innovadoras y la Fundación General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas bajo el título «Conversaciones en torno a las tecnologías cuánticas», celebrada en Madrid el pasado 21 de abril y en la que la articulista también participó. Allí, Glashow presentó la ponencia «De la serendipia a la creatividad», en la que abordó los descubrimientos marcados tanto por el estudio como por el azar, en los que la creatividad resultó fundamental para dar con sus claves.
«La serendipia, que es el hallazgo afortunado no planificado, es común a lo largo de la historia de la invención de productos y los descubrimientos científicos. Glashow habló de cómo a veces se busca una cosa y se descubre casualmente otra, como es el caso de América, la pólvora, el fósforo o la quimioterapia, y como el 24% de las medicinas están relacionadas con la serendipia. También explicó lo importante que es entender que puede llevar mucho tiempo que un descubrimiento se valide, y citó, entre otros ejemplos, la definición de la estructura de los átomos y sus movimientos, la ley de la gravedad, las ondas gravitatorias o el desplazamiento de los continentes. Quedó claro que los descubrimientos se deben a la creatividad que combina inteligencia con imaginación y, por supuesto, esfuerzo y perseverancia. Como decía Pablo Picasso, ‘la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando'», explica Yndurain para abordar la necesidad de apostar por la investigación y la innovación desde las instituciones públicas, el mundo académico y la empresa.
La también ponente explica cómo Glashow, a quien define como una persona alegre, humilde y cercana, supone toda una inspiración para nuevas generaciones. «Me hizo pensar en la gran cantidad y calidad de físicos españoles que hoy trabajan en proyectos cuánticos importantes a lo largo y ancho del mundo, así como en las oportunidades que este talento puede aportar al progreso de la sociedad. Pero el talento y la innovación solo se consiguen invirtiendo en I+D científico-tecnológico, que es fundamental para el impulsar el progreso de la sociedad», considera.
En la jornada también participaron José Ramón Calvo, asesor estratégico del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina del País Vasco y académico de número y presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la RAED, que fue el encargado de presentar al Nobel; Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, académico de número de la Real Academia de Ingeniería y académico de honor de la RAED, que participó en la mesa redonda sobre tecnologías disruptivas, dedicada al «Presente y futuro de la tecnología cuántica», y Sònia Fernández Vidal, reconocida divulgadora científica y académica de número de la RAED, quien protagonizó la charla «Verdades provisionales».