Fernando Martínez-Pintor, doctor en Medicina y Cirugía, ingresó como académico correspondiente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una solemne ceremonia celebrada el pasado 15 de febrero en la Sala de Actos de Fomento del Trabajo, sede de la academia. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «Factores biopsicosociales y algología antropológica en el paciente con dolor crónico». Le respondió en nombre de la Real Corporación el académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud Joaquín Callabed. Reconocido reumatólogo, el nuevo académico es director del Instituto de Reumatología y Antropología Médica de la Clínica Nostra Senyora del Remei de Barcelona, presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y presidente y fundador del Círculo Catalán de Psicosomática y Antropología Médica.
«En los últimos cinco años, se ha producido una revolución en el conocimiento del dolor crónico. La visión de la enfermedad dolorosa se ha modificado sustancialmente, al reconocer la Organización Mundial de la Salud y las sociedades de estudio del dolor, como la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, que las emociones de la persona son parte fundamental tanto en la etiología como cronificación de la enfermedad dolorosa. Las enfermedades funcionales se han visto asentadas y perfiladas en los últimos años con los nuevos conocimientos de psicofisiología y de neurociencias. Debemos poner negro sobre blanco en los conocimientos actuales y a la vez llamar la atención a los profesionales sanitarios de que, para entender bien la enfermedad dolorosa de nuestros pacientes, primero tenemos que entenderlos a ellos, su biografía, sus anhelos, sus ilusiones y frustraciones», inició el ponente su reflexión.
Martínez-Pintor recordó en su discurso las definiciones de enfermedad y dolor, abordó los denominados factores de riesgo biopsicosociales de la enfermedad, en ambos casos según el consenso alcanzado por la Organización Mundial de la Salud, estableció las conexiones entre Medicina y Filosofía y sentó las bases del sufrimiento y el umbral del dolor antes de adentrarse en los terrenos en lo que se ha dado en denominar Antropología Médica y Medicina Holística, centrada en la persona como un todo más allá de unas patologías determinadas, para culminar con una reflexión sobre la Axiología, la disciplina filosófica que estudia las escalas de valores. En cuanto a la Bioética, trazó su historia teniendo en cuenta su evolución y articulación actual, y trató de sentar las bases del dolor, su vivencia y las formas de combatirlo desde la Medicina.
«Los avances en el conocimiento de neurociencias y de psicofisiología nos obligan a considerar mayor número de factores cuando hablamos del proceso de enfermar, de los que se venían considerando hasta finales del siglo pasado. No cabe la menor duda del valor de las pruebas, de los datos obtenidos en las diferentes exploraciones y de los protocolos. Pero en el siglo XXI estamos obligados a dar un paso más, pues los conocimientos actuales a ello nos obligan. Las repercusiones que producen en el organismo, emociones tales como la soledad, la falta de cohesión social, los factores ambientales en los que se desarrolla la vida del paciente, su propia autonomía, la espiritualidad, el tipo de pensamientos de cada paciente… en definitiva, el sufrimiento, influyen decisivamente no solo en el modo de enfermar, sino también en la evolución que tendrá la enfermedad», concluyó.
Miembro de diversas academias y sociedades médicas internacionales como la Academia Suiza para la Medicina Psicosomática y Psicosocial o la Sociedad Alemana de Medicina Psicosomática y Psicoterapia Médica, representante en España de la Sociedad de Intervención no Farmacológica y cofundador del Grupo Iberoamericano de Antropología Médica, el nuevo académico es autor de numerosos artículos y publicaciones en prensa especializada y de tres libros sobre las repercusiones que las emociones y el sufrimiento tienen sobre la enfermedad. Es conferenciante invitado habitual en congresos y universidades, ha organizado, colaborado y dirigido diferentes cursos de sociedades científicas, tanto españolas como europeas, y su línea de investigación se ha centrado en la búsqueda de marcadores bioquímicos de las emociones y, en particular, del sufrimiento humano, así como su eventual repercusión somática.