Joaquín Callabed
Presidente del Club de Pediatría Social y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Artículo publicado en el «Diario del Alto Aragón» el 19 de octubre de 2020

Joaquín Callabed - V Acto Internacional RAED en Budapest (Hungría)

Dr. Joaquín Callabed

Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), explica de forma precisa y sucinta el significado que tiene en las sociedades occidentales el título de doctor en el artículo que con el explícito título de «Para qué sirve un doctorado» publicó el pasado 19 de octubre el «Diario del Alto Aragón», una publicación a la que le unen unos estrechos vínculos emocionales.

El académico inicia su reflexión con el ejemplo de la neoyorquina Universidad de Columbia, la que concedió el primer título oficial de medicina en Estados Unidos. «Recuerdo que, visitando la Universidad de Columbia en el Manhattan neoyorquino, una amiga doctora de San Francisco me mostró, sin muchos aspavientos, un cuadro donde estaban recogidos los nombre de los 96 Premios Nobel de alumnos de esa universidad y añadía: para esto sirven los doctorados. Está considerada una de las diez universidades mejores del mundo», comienza.

Callabed enumera todas las capacidades que, según la legislación española, debe tener un doctor: comprensión sistemática de un campo de estudio, dominio de las habilidades y métodos de investigación relacionados con dicho campo; capacidad de concebir, diseñar o crear, poner en práctica y adoptar un proceso sustancial de investigación o creación; capacidad para contribuir a la ampliación de las fronteras del conocimiento a través de una investigación original; capacidad de realizar un análisis crítico y de evaluación y síntesis de ideas nuevas y complejas; capacidad de comunicación con la comunidad académica y científica y con la sociedad en general acerca de sus ámbitos de conocimiento en los modos e idiomas de uso habitual en su comunidad científica internacional, y capacidad de fomentar, en contextos académicos y profesionales, el avance científico, tecnológico, social, artístico o cultural dentro de una sociedad basada en el conocimiento.

A partir de ahí señala otras capacidades básicas que deben hacer del doctor una pieza indispensable en el desarrollo social. «El doctorado permite alcanzar el título más alto que concede la universidad y la posibilidad de ser más eficaz en el ámbito de trabajo y responsabilidad que uno realice con las competencias básicas y la alta capacitación profesional que otorga el título. El doctorado bien gestionado da autonomía y enriquecimiento al país», concluye el académico.