Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), retoma la historia del pensamiento moderno y contemporáneo en los artículos «Las lecciones del positivismo de August Comte», «Kierkegaard, padre del existencialismo», «Enseñanzas de los principios éticos de Popper» y «La utilidad del racionalismo de Spinoza«, publicados entre los pasados 12 y 21 de marzo en la sección «Lectores expertos» de la edición digital del diario «La Vanguardia», de cuya comunidad de lectores forma parte activa.
En «Las lecciones del positivismo de August Comte», el académico recupera la figura, la obra y la trascendencia de quien está considerado el creador de la sociología y de una triada filosófica basada en altruismo, orden y progreso. «August Comte es conocido por ser el fundador del positivismo, según el cual la ciencia positiva es la única forma de comprender correctamente la realidad. La ciencia positiva se opone a la teología y a la metafísica, a las que considera formas de pensar inferiores. Tuvo un gran impacto en el pensamiento del siglo XIX, influyendo en el trabajo de pensadores sociales como John Stuart Mill y George Elliot. Su concepto de sociología y evolucionismo social marcó la pauta para los primeros teóricos sociales y antropólogos como Harriet Martineau o Herbert Spencer y, evolucionando hacia la sociología académica moderna presentada por Émile Durkheim como investigación social práctica y objetiva», resume.
Por su parte, el presidente del Club de Pediatría Social aborda en «padre del existencialismo» la figura de este filósofo y teólogo danés, preocupado por la condición de la existencia humana, por centrar su filosofía en el individuo y la subjetividad, en la libertad, la responsabilidad, en la desesperación y la angustia. «Su obra trata de cuestiones religiosas: la naturaleza de la fe cristiana, la institución de la Iglesia, la ética cristiana y las emociones y sentimientos que experimentan los individuos al enfrentarse a las elecciones que plantea la vida. Algunos de los filósofos y teólogos influidos por Søren Kierkegaard son Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus, Martin Heidegger, Karl Jaspers, Gabriel Marcel, Maurice Merleau-Ponty, Miguel de Unamuno y filosóficamente la Generación del 98. Se perciben en su obra influencias de Georg Friedrich Hegel, Inmanuel Kant y Arthur Schopenhauer. También reminiscencias socráticas», señala.
En «Enseñanzas de los principios éticos de Popper», Callabed habla del filósofo austríaco nacionalizado británco Karl Raimund Popper, conocido por haber fundado el falsacionismo y por sus teorías de la falsabilidad o refutabilidad. «Es considerado como uno de los filósofos de la ciencia más importantes del siglo XX. Educado en la Universidad de Viena. Tiene influencias kantianas», señala, para referir sus doce principios éticos, orientados a una ética profesional que nos debe hacer reflexionar sobre nuestra forma de actuar.
Por último, en «La utilidad del racionalismo de Spinoza», el experto recupera la figura de uno los principales pensadores de la Ilustración, filósofo neerlandés hijo de una familia de judíos españoles de etnia sefardí. «Fue uno de los principales pensadores de la Ilustración, de la crítica bíblica moderna y del racionalismo del siglo XVII. Heredero crítico del cartesianismo, es considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII junto a René Descartes y Gottfried Wilhelm Leibniz. Inspirado por el estoicismo, el racionalismo judío y la obra de Thomas Hobbes, se convirtió en una de las principales figuras filosóficas del siglo de oro neerlandés», concluye.