Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha publicado una serie de artículos en la sección «Lectores expertos» del diario «La Vanguardia», en su edición digital, donde aborda aspectos de la actualidad desde un punto de vista histórico y erudito, aunque con una clara voluntad didáctica. Entre el 25 de abril y el 14 de junio, el académico ha ilustrado a otros lectores del diario con las reflexiones «El doctor Porcell, el héroe de la epidemia de peste», «Por qué la Filosofía es la reina de las ciencias», «Por qué la lengua es la morada del alma», «Consejos para favorecer la autoestima en la infancia y en la adolescencia», «¿Es posible un mundo mejor?» y «Cuatro grandes humanistas de la educación».

En «El doctor Porcell, el héroe de la epidemia de peste», el académico presenta la figura de Juan Tomás Porcell, un médico cuya actuación resultó fundamental para combatir la epidemia de peste que asoló Zaragoza en el año 1565 gracias a su entrega y, especialmente, a aplicar métodos científicos, como la práctica de autopsias y el estudio estadístico de los resultados, alejando los mitos del momento y las terapias de purgas y sangrías de la época.

«Por qué la Filosofía es la reina de las ciencias» aborda el origen, la historia y el sentido de la Filosofía a lo largo de la historia, hasta llegar a nuestros días. «La Filosofía no es solo la madre de las ciencias en el curso de la historia, sino la reina de las ciencias, ya sea por conocer el más alto grado de abstracción, es decir, ser capaz de poner aparte o arrancar, ya sea por ocuparse del ser en general, ya sea por ocuparse de las tesis, fundamentos o principios que la ciencia, después, desarrollará. No se debe desgajar la Filosofía de las ciencias. Tal acto sería una amputación del saber. No olvidemos a los clásicos», considera el académico.

Joaquín Callabed. Jornada Enfermedades Raras

Dr. Joaquín Callabed

Por otra parte, en «Por qué la lengua es la morada del alma», Callabed incide en la importancia de la cultura como factor de desarrollo personal y social. «Nacemos por segunda vez cuando aprendemos a leer y escribir. Dar a otro la posibilidad de hacerlo es darle nuevamente la vida. Está muy demostrado que las madres alfabetizadas mueren en menor cantidad durante el parto, pierden menos hijos de corta edad, hacen vacunar a sus hijos y proporcionan a la familia mejores condiciones de higiene. El niño cuando toma la palabra toma poder sobre el mundo», reflexiona.

El artículo «Consejos para favorecer la autoestima en la infancia y en la adolescencia» es un llamamiento al apego y el fomento de la autoestima en los niños como una protección contra la depresión y las dificultades de adaptación y de aprendizaje. «La carencia afectiva durante los primeros años puede condicionar toda la vida del niño. Estableciendo reglas familiares y escolares poco numerosas y claras. Haciendo vivir las consecuencias lógicas y naturales de lo que sucede cuando las normas no se cumplen», explica.

En «¿Es posible un mundo mejor?», Callabed se centra en el legado de pensadores como Karl Popper y Pedro Laín Entralgo, quienes además de sintetizar la enseñanza de filósofos de varios milenios insisten en la necesidad de una regeneración o un Renacimiento en el ser humano contemporáneo. «Es bueno recordar a los clásicos, los que apuntalaron nuestro saber, los creadores de códigos morales que atraviesan los siglos y que flotan en la historia. Las verdades son amigas del tiempo», asegura.

Por último, Callabed dedica «Cuatro grandes humanistas de la educación» a repasar la trayectoria y la obra de autores capitales en la historia de la formación como Erasmo de Róterdam, François Rebelais, Juan Luis Vives y Michel de Montaigne, que contribuyeron decisivamente a la fijación y elaboración del pensamiento occidental. «Todos los humanistas consideran la idea de la evolución del mundo y de la sociedad que debe basarse en una buena educación y lo más precoz posible. Insisten en pensar y actuar con valores morales. La voz de los humanistas es actual, sigue siendo válida», zanja.