Teresa Freixes

Dra. Teresa Freixes

Teresa Freixes, catedrática Jean Monnet ad personam, presidenta de la organización internacional Citizens pro Europe y académica de número y vicepresidenta de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), aborda el debate sobre la denominada financiación singular de Cataluña en el artículo «Hablemos claro: hacia el despeñadero de la confederación», que firma junto al historiador José Varela y que apareció el pasado 17 de octubre en el diario «El Imparcial». La jurista acaba de recibir el Premio Libertad 1812 que otorga el Club Liberal 1812 de Málaga, que reconoce la defensa de las libertades y derechos ciudadanos.

«Cuando nos dicen que Cataluña tiene que recibir más dinero porque está infrafinanciada, cuando comparan la riqueza de Cataluña respecto de Andalucía o de Extremadura o cuando se habla de esfuerzo fiscal autonómico… mienten, porque falsifican sus intenciones ocultándonos el verdadero propósito de un discurso de esa naturaleza: instaurar una hacienda confederal. No son Cataluña ni Extremadura o Canarias quienes pagan los impuestos. Son las personas, físicas y jurídicas, presentes en tales territorios. Y quienes los reciben no son los territorios, sino las administraciones que los gobiernan», inician Freixes y Varela su reflexión, denunciando lo que consideran un discurso territorial e identitario que trata de acometer lo que consideran un cambio constitucional por la puerta de atrás.

Para los expertos, desde la primera Constitución liberal de 1812, en España se habla de ciudadanos, no de territorios. Un poso sobre el que se ha construido el actual modelo democrático, y sólo en la medida que hay ciudadanos más prósperos que residen en unas zonas, y sobre la base de que los impuestos son progresivos- resultará que al construir un cálculo con medidas territoriales el resultado inevitable arrojará un cociente fiscal desigual. En este sentido, señalan que dentro de esos territorios, unos barrios afortunados representarán un balance fiscal muy superior, y por ende deficitario, al de zonas deprimidas, pese a ubicarse a escasos kilómetros.

En este sentido, consideran arbitraria e interesada la lectura de una aparente discriminación territorial con la que justificar un nuevo modelo de financiación al margen de la Constitución. Un modelo confederal que creen abocado al fracaso. «Que nuestros colegas y amigos constitucionalistas nos rescaten de la ignorancia, pero desconocemos una constitución confederal democrática y, menos aún, estable», añaden, citando ejemplos relevantes históricos que resultaron inviables y acabaron marcados por cruentos conflictos civiles.

«En España, el PSOE siempre fue un dique de contención frente al tribalismo del nacionalismo identitario, antes y después de la Guerra Civil. En la reciente deriva nacionalista de la izquierda española, el estrago producido en la coherencia filosófica socialista y, por ende, en nuestro sistema democrático a la vista está. Es difícil ser socialista calculando balanzas fiscales entre territorios y confundiendo el derecho a la diferencia con la diferencia de derechos. Con tamaño programa, ni siquiera es posible ser liberal ni progresista: la canibalización nacionalista del Estado es una especie de regreso al Antiguo Régimen, que amenaza con darnos de bruces en el mundo restaurado de la Santa Alianza, pero trufado de tensión romántica», concluyen.

Leer el artículo